La Fiscalía General cuantificó en 52 el número de asonadas, disturbios violentos popularmente conocidos, en lo que va del año. De estas, 39 ocurrieron contra miembros de las Fuerzas Militares, exhibiendo una tendencia alarmante.
Los procesos judiciales están en marcha: 29 episodios en etapa de indagación, 6 con implicados y 4 ya avanzaron a juicio.
Focos geográficos y contexto nacional
Las principales zonas afectadas por estas asonadas incluyen Nariño (9), Cauca (7), Valle del Cauca (4) y Cali (3), evidenciando un patrón regionalizado de violencia.
Este contexto coincide con un repunte de la inseguridad nacional, manifestado también en atentados con granadas, secuestros y ataques con drones.
Impacto real y respuesta institucional
La continuidad de estos ataques pone en jaque la seguridad de los uniformados y la estabilidad regional. En respuesta, se reavivó el debate sobre reactivar la fumigación aérea con glifosato como medida contra cultivos ilícitos en zonas conflictivas, propuesta ligada a los recientes hechos violentos.
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Otros hechos violentos y su relación con la dinámica actual
En paralelo a las asonadas, Colombia registra otros episodios graves: atentados a la vía férrea en zona de El Cerrejón, un ataque con granada en Cali, secuestros de líderes indígenas y laboratorios móviles atacados vía drones en zonas fluviales.
Este conjunto de hechos refleja la diversidad de amenazas que enfrentan las comunidades y los uniformados, reforzando la necesidad de estrategias sostenidas de protección.