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Muere paciente tras graves fallas en la entrega de medicamento

Familiares y organizaciones sociales responsabilizan a la EPS por la falta de entrega oportuna de un medicamento vital.

La historia de Maritza Ramírez se convirtió en un símbolo del drama que enfrentan miles de pacientes en Colombia para acceder a tratamientos médicos. La mujer, diagnosticada con una enfermedad rara conocida como hipertensión pulmonar grupo 1, llevaba más de 11 meses esperando el suministro del fármaco treprostinil subcutáneo, indispensable para evitar complicaciones cardiacas graves.

Durante ese tiempo, la paciente elevó solicitudes, derechos de petición y reclamaciones, pero nunca recibió respuesta efectiva. Solo cuando la EPS Nueva EPS autorizó el medicamento, la salud de Maritza ya estaba deteriorada, lo que derivó en su fallecimiento.

“Su muerte no fue natural, fue abandono institucional”, denunciaron familiares y colectivos que acompañaron el caso, quienes aseguran que este hecho evidencia una cadena de negligencias que terminó costando la vida de una mujer que dependía de un tratamiento oportuno.

Autoridades y organismos de control como la Defensoría del Pueblo y la Procuraduría fueron mencionados en los reclamos de las organizaciones que piden una investigación para establecer responsabilidades. También hicieron un llamado al Gobierno Nacional y a las entidades de salud para que se garantice el acceso inmediato a medicamentos vitales, evitando que tragedias como la de Maritza se repitan.

Mientras tanto, sectores sociales insisten en que esta muerte debe marcar un precedente sobre la urgencia de reformar un sistema que, en lugar de proteger, sigue condenando a los pacientes más vulnerables al abandono y la desesperanza.

Crisis de medicamentos en Nueva EPS golpea a miles de usuarios en Cali y Caldas

La Nueva EPS atraviesa una de las mayores crisis de desabastecimiento de medicamentos de los últimos años, con especial impacto en ciudades como Cali y municipios de Caldas. Usuarios denuncian demoras constantes, entregas parciales y, en algunos casos, la imposibilidad de acceder a medicamentos vitales para el tratamiento de enfermedades crónicas o de alto costo.

El origen del problema se remonta a una disputa entre la EPS y la gestora farmacéutica Audifarma, derivada de inconvenientes en los pagos. La ruptura de este convenio llevó a la suspensión de entregas, lo que obligó a la entidad a buscar alternativas con otros operadores. Sin embargo, la transición no ha sido fluida y los usuarios siguen enfrentando graves dificultades.

Nueva EPS brinda soluciones, amplía su red de entrega de medicamentos en Cali
Crisis de medicamentos

En Salamina, norte de Caldas, la situación es crítica. De acuerdo con Luis Gerardo Arango, veedor en salud, alrededor de 3.000 usuarios no reciben sus medicinas con regularidad. “Quitaron Audifarma en febrero, montaron Marcazsalud en julio, pero parece un establecimiento de garaje. Apenas empezaron a entregar los pendientes de julio y los afiliados contributivos somos los más afectados”, aseguró.

La Superintendencia Nacional de Salud, que mantiene intervenida a Nueva EPS, autorizó recientemente a la entidad a negociar directamente con laboratorios para mejorar la oportunidad y acceso a medicamentos. La medida busca agilizar el proceso, aunque hasta ahora los resultados han sido limitados frente a la magnitud de las quejas.

Retrasos en tratamientos oncológicos, cardiovasculares y de enfermedades huérfanas

En Cali, la problemática también se agudiza. Pacientes denuncian retrasos prolongados en tratamientos oncológicos, cardiovasculares y de enfermedades huérfanas. Además, varios colectivos han exigido al Gobierno Nacional y a los organismos de control que adopten acciones más contundentes para garantizar la continuidad en la atención.

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Mientras tanto, los usuarios cuentan con dos canales para reclamar: acudir directamente a Nueva EPS a través de sus líneas de atención o elevar la queja ante la Superintendencia Nacional de Salud. No obstante, la presión de los trámites y los tiempos de respuesta aumentan la frustración de quienes requieren los medicamentos de manera urgente.

La crisis no solo expone los problemas financieros y administrativos de la EPS más grande del país, sino que también reabre el debate sobre la capacidad del sistema de salud colombiano para garantizar el derecho fundamental a la salud sin interrupciones ni barreras burocráticas.