A pocos días del inicio de la COP16, los pueblos indígenas de Colombia ven en esta cumbre mundial una oportunidad clave para exigir al Estado el reconocimiento formal de las entidades territoriales indígenas. Un derecho contemplado en la Constitución de 1991, pero que sigue sin materializarse. Líderes como Fabio Valencia, del pueblo Makuna en el Vaupés, resaltan que el cuidado ancestral que brindan los indígenas a sus territorios es crucial para la protección de la Amazonía y, por ende, del equilibrio ambiental de todo el país. Sin esta protección, advierten, la biodiversidad de la región estaría en grave peligro.
A pesar de las promesas de gobiernos anteriores y los avances legislativos, el Estado aún no ha formalizado las entidades territoriales indígenas, lo que impide que estas comunidades obtengan la autonomía política, jurídica y administrativa necesaria para gestionar sus propios territorios. La Corte Constitucional ha urgido al Estado a cumplir con esta deuda histórica, que, de concretarse, implicaría una reorganización territorial significativa, dando a los indígenas un poder de decisión que impactaría directamente en la preservación del bioma amazónico.
El gobierno del presidente Gustavo Petro ha mostrado una apertura hacia las demandas indígenas, incluyendo en su Plan Nacional de Desarrollo el fortalecimiento de los resguardos y territorios indígenas. No obstante, queda pendiente la implementación concreta de estas promesas en un escenario donde las reformas sociales y la relación con el Congreso han sido inestables. Los líderes indígenas ven en la COP16 la oportunidad de presionar para que finalmente se avance en esta materia.
Un paso necesario para la protección ambiental
La formalización de estos territorios no solo tendría implicaciones administrativas, sino que también representaría un reconocimiento a las contribuciones históricas de las comunidades indígenas en la conservación de los ecosistemas más valiosos del país. Además, otorgaría un espacio significativo para que las mujeres indígenas, como Kelly Johana Yukuna, quienes ya han ganado protagonismo en los sistemas de gobierno propio, continúen contribuyendo al desarrollo de sus comunidades y la definición de políticas territoriales.
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En ese sentido, la COP16 no solo será un foro para discutir temas globales de biodiversidad, sino que también podría marcar un antes y un después para los derechos de las comunidades indígenas en Colombia, reconociendo finalmente su papel como guardianes del medio ambiente y su derecho a la autonomía territorial.