Corea del Sur ha decidido dar un paso decisivo hacia la eliminación de la industria de la carne de perro, destinando una inversión de 109,500 millones de wones (aproximadamente 82 millones de dólares) para cerrar cerca de 6,000 establecimientos relacionados con la cría y venta de esta carne. Esta medida, anunciada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Asuntos Rurales, busca garantizar que la venta y consumo de carne de perro queden prohibidos para el año 2027.
Este plan, que implica el cierre de granjas, restaurantes, minoristas o matarifes, se enmarca dentro de una ley aprobada a principios de este año que prohíbe explícitamente el comercio de carne de perro. Se estima que, actualmente, alrededor de 466,000 perros son criados en aproximadamente 1,100 granjas registradas en el país. La ley exige que estos negocios cesen sus operaciones antes de febrero de 2027, y ante esto el gobierno ha presentado un paquete de compensaciones para los propietarios afectados.
¿Cómo compensará Corea a estos negocios?
La idea es que los dueños de estas granjas reciban un máximo de 600.000 wones (unos 450 dólares) y un mínimo de 225.000 (170 dólares) por perro en el momento del cierre. Esta medida tiene como objetivo mitigar el impacto económico que esta transición podría causar en quienes dependen de la industria. Además, se implementarán programas de apoyo para facilitar la adopción de perros que queden sin hogar tras el cierre de estas.
La decisión de eliminar la carne de perro refleja un cambio cultural significativo en Corea del Sur, donde la percepción de los perros como mascotas ha ido en aumento en las últimas décadas. Las encuestas indican que una gran parte de la población no ha probado esta carne y muchos expresan su desinterés por ella. De hecho, la mayoría de los mercados que anteriormente comercializaban carne de perro han cerrado en años recientes, lo que demuestra una tendencia creciente hacia el bienestar animal.
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Este enfoque no solo busca proteger a los animales, sino que también está alineado con un movimiento global hacia prácticas alimentarias más éticas y responsables. El gobierno surcoreano ha estado trabajando en colaboración con diversas asociaciones para clausurar muchas de las granjas y mataderos en la última década, destacando el compromiso del país con el bienestar animal y la adopción de mascotas.