El 6 de enero de 2025, el gobierno de Nicolás Maduro anunció la ruptura de relaciones diplomáticas con Paraguay después de que el presidente paraguayo, Santiago Peña, manifestara su apoyo al líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, a quien reconoció como el legítimo ganador de las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela el 28 de julio de 2024.
A través de un comunicado oficial, la Cancillería venezolana rechazó las declaraciones de Peña, calificándolas como “injerencistas” y contrarias al principio de no intervenir en los asuntos internos de otros países, ocasionando la retirada inmediata de su personal diplomático acreditado en Paraguay.
Por su parte, el gobierno paraguayo respondió exigiendo al embajador venezolano en Asunción, Ricardo Capella, y a su equipo diplomático, que abandonen el país en un plazo de 48 hora, reafirmando su apoyo al derecho del pueblo venezolano a vivir en democracia he identificando a González Urrutia como presidente electo.
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Esta disputa diplomática ha alimentado las tensiones internas en Venezuela y ha llevado a varios países a cuestionar la legitimidad de las elecciones presidenciales de 2024, por lo que esta situación también ha provocado que países como Argentina, Chile, Costa Rica, Perú, Panamá, República Dominicana y Uruguay, quienes rechazaron los resultados oficiales, expresaran su respaldo a Edmundo González y rompieran relaciones diplomáticas con el gobierno de Maduro.
Con el inicio del nuevo mandato presidencial en Venezuela, previsto para el 10 de enero, la incertidumbre sobre la legitimidad del gobierno crece. Ambas partes, tanto González como Maduro, aseguran ser los legítimos vencedores de las elecciones y planean asumir el poder el viernes 10 de enero, mientras el país se blinda con estrictas medidas de seguridad.
