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“No es fácil reemplazar a EE. UU. como socio comercial”: Entrevista con Luciana Manfredi sobre impasse diplomática

La politóloga Luciana Manfredi analiza las repercusiones de la crisis, el futuro de la cooperación internacional y los desafíos para los migrantes colombianos. ¿Estamos ante un cambio en las relaciones bilaterales?

Una semana después del “impasse” entre los presidentes Donald Trump y Gustavo Petro, que tuvieron paralizadas las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Colombia todo el domingo pasado. CW+ Noticias entrevistó a la profesora Luciana Manfredi para conocer su opinión sobre la crisis diplomática que fue solucionada a última hora, pero que crea grietas en una relación que lleva más de 200 años. 

Luciana Manfredi es politóloga de la Universidad de Buenos Aires en Argentina, y tiene un PhD en Management de Tulane University en Estados Unidos. Es profesora de la Universidad ICESI y miembro de la Red de Politóloga.

Luciana Manfredi (LM): En términos generales, Colombia y Estados Unidos han tenido relaciones muy cercanas en los últimos 200 años. De hecho, Colombia es considerado un aliado estratégico en la región para Estados Unidos (EE. UU.). Sin embargo, la relación se volvió aún más estrecha a partir de 1998, con la firma del Plan Colombia. Allí EE. UU. empieza a tener a injerencia en términos de cooperación en seguridad y lucha contra el narcotráfico.

Si analizamos la relación desde la teoría de la interdependencia, podemos ver que es una relación asimétrica: para Colombia, lo que haga Estados Unidos es mucho más determinante que al revés. Siempre hemos estado en una posición de menor poder. Para nosotros, Estados Unidos es el principal socio comercial, el mayor receptor de nuestras exportaciones.

Tenemos un tratado de libre comercio que reemplazó el ATPDEA (Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de la Droga). Pero más allá de lo comercial, hay relaciones muy cercanas en lo político, en el respeto a la democracia, en la participación de EE. UU. en el intento de resolver el conflicto armado interno.

Entonces, los dos actores sufren en una crisis de este tipo porque se afecta su relación histórica. Pero, evidentemente, el impacto es mucho más grande y negativo para Colombia.

LM: Yo me atrevería a decir que Trump salió favorecido de esta crisis, porque acaba de asumir la presidencia con una campaña superagresiva, como es su estilo, y con una propuesta clarísima sobre la migración ilegal.

Trump está consolidando su gobierno en los primeros 100 días y está tomando decisiones que pueden parecernos muy fuertes, pero es la forma en que le demuestra a su electorado que está cumpliendo lo que prometió.

En el caso colombiano, creo que salimos bastante desfavorecidos por muchas razones.

Primero, porque el trato a los migrantes ilegales es un trato indigno, que violenta la dignidad humana, y en eso coincido con el presidente Petro. Pero la forma en que él manejó la situación fue disruptiva y las consecuencias fueron peores. Cuando nos amenazaron con aranceles a los productos de exportación colombianos, el presidente Petro reculó, pero ya el daño estaba hecho.

LM: Hay otra afectación importante: la cooperación internacional. Muchos organismos del gobierno estadounidense, como USAID, están recortando los flujos de dinero destinados a Colombia. Muchas organizaciones del tercer sector que trabajan con población vulnerable dependen de esos recursos y ahora están dejando de recibirlos.

Quizás en el corto plazo no lo sintamos tanto, pero en un año veremos consecuencias en términos de falta de financiamiento para algunas políticas sociales.

Hay una sensación de alarma porque esta reorganización de las prioridades del gobierno estadounidense han cambiado y muchas de estas organizaciones no comparten esta visión, por lo que ya no están en su lista de beneficiarios.

LM: Sí, es cierto que se menciona mucho a China como alternativa, pero hay que entender que la forma en que China invierte en América Latina es distinta. China entra a la región buscando recursos naturales, no a buscar una relación geopolítica, a diferencia de Estados Unidos, que siempre ha tenido un interés más político.

Latinoamérica siempre fue un espacio muy cercano geográficamente y culturalmente. Lo que muchas veces se llamó el patio trasero y que fue su área de influencia durante la Guerra Fría. Desde EE. UU. hay un tema ideológico que va más allá de los recursos.

Colombia es un país altamente receptor de inversión extranjera directa de varias partes del mundo, no solo de Estados Unidos o el mundo occidental, sino también de Asia. Tenemos que ver lo que importamos, porque los mayores productos de exportación de Colombia son energéticos, son petróleo y carbón. Por lo que cambiar a EE. UU. como principal socio comercial no es fácil. 

Colombia ya tiene experiencia reemplazando exportaciones en 2007 con Venezuela, cuando salió de la Comunidad Andina Naciones (CAN) o con Ecuador, en la crisis de Raúl Reyes. Nos pegó muy duro los primeros meses o el primer año, pero ha sido muy hábil para buscar nuevos receptores de las exportaciones. 

Algo similar podría pasar ahora. A pesar de que EE. UU. sigue siendo nuestro principal comprador de petróleo y carbón, tenemos acuerdos comerciales con otros países y bloques económicos. 

Mientras se aprobaba el TLC, estuvo varios años en el Senado de EE. UU. porqué no lo querían aprobar. Durante todos estos años, Colombia diversificó sus acuerdos comerciales con la Unión Europea, Corea del Sur, Turquía, Panamá, Israel, e incluso se creó la Alianza del Pacífico para entrar a Asia.

El problema de Asia es que exporta de productos manufacturados, pero en solamente importa en el sector energético, comida o en agro que son productos de bajo valor agregado, lo que podría afectar nuestra balanza comercial. La relación tan dependiente con EE. UU., no nos hace bien, pero llevamos más de dos siglos de una relación estrecha con socio no solo comercial, sino también político, por lo que es tan fácil eliminarla de un día al otro. 

LM: Desde Latinoamérica nuestra posición geopolítica es como medio periférica, nos vamos adaptando al escenario menos malo, porque nos caracterizamos de partir de la divergencia más no de la convergencia. Lo que hace más difícil como Latinoamérica unirse y tener posiciones comunes. 

En teoría, sería interesante que este espacio geográfico que es toda Sudamérica, Centroamérica y el Caribe, inclusive México, pudieran reunirse bajo un denominador común, que sea una posición de adversidad a las políticas de EE. UU. 

No creo que ocurra porque siempre hemos sido históricamente un bloque fragmentado, donde los gobiernos oscilan entre la izquierda y la derecha. Cuando la mayoría está alineada con un bloque ideológico, Colombia suele estar en el opuesto. Además, Estados Unidos ha demostrado que tiene mecanismos de presión muy fuertes, como lo vimos con la amenaza de aranceles.

LM: Va a ser una época difícil para todos los migrantes que intenten llegar a Estados Unidos, no solo a los colombianos. Seguramente habrá un aumento en el rechazo de visas y mayores controles migratorios. 

Esto afectará tanto a quienes buscan ingresar por primera vez a EE. UU. como a quienes desean renovar sus visas. Me preocupa especialmente el impacto en estudiantes, trabajadores legales y quienes están en procesos de intercambio académico. 

El mundo es cada vez más complejo, hay más gente está buscando migrar en búsqueda de mejores oportunidades. Pero en los próximos cuatro años, el gobierno norteamericano utilizará todos los recursos a su disposición para controlar de forma más efectiva la migración. Lo ocurrido en estos días es solo un anticipo de lo que puede venir en los próximos años.

También puede leer: Exportaciones e importaciones: productos que sostienen la relación comercial entre Colombia y EE.UU

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