Elon Musk anunció formalmente el fin de su rol como “empleado especial del gobierno” al frente del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE). Esta decisión, comunicada un mes después de informar a los inversionistas de Tesla que reduciría su tiempo en Washington, marca un giro en su relación con la administración Trump. Musk aseguró que ahora dedicará “mucho más” tiempo a su empresa, dejando en claro que su etapa de involucramiento directo en políticas públicas ha concluido.
En su mensaje publicado en X, Musk expresó su gratitud hacia el presidente Donald Trump por la oportunidad de contribuir a la reducción del gasto público innecesario. Destacó que la misión del DOGE continuará fortaleciéndose y se consolidará como un “estilo de vida en todo el gobierno”. Cabe recordar que Trump estableció esta agencia mediante una orden ejecutiva y nombró a Musk como jefe de facto, con un periodo máximo permitido para empleados especiales de 130 días, que concluyó esta semana.
¿Qué sigue para Musk y su relación con el gobierno?
Aunque Musk había señalado a los inversionistas que podría seguir dedicando uno o dos días por semana a temas gubernamentales “mientras el presidente lo desee”, su postura reciente genera incertidumbre. En días recientes, criticó públicamente un proyecto de ley emblemático de Trump aprobado por la Cámara de Representantes, calificándolo de “un enorme paquete de gasto” que incrementa el déficit fiscal, contraviniendo los objetivos del DOGE.
Además, según reportes del Wall Street Journal, Musk intentó bloquear un acuerdo entre OpenAI y la firma emiratí G42 para construir un centro de datos de inteligencia artificial en Abu Dhabi. Esta movida habría generado fricciones, especialmente porque Trump impulsó un plan para que G42 liderara inversiones en IA con socios estadounidenses. Musk habría condicionado su apoyo a la inclusión de su empresa xAI en el proyecto, evidenciando un choque de intereses con OpenAI, empresa con la que ha tenido disputas públicas.
Le puede interesar: Alemania ayudará a Ucrania a fabricar misiles de largo alcance
El retiro de Elon Musk del DOGE representa más que el fin de un cargo temporal. Es el reflejo de una relación cambiante, marcada por desencuentros sobre políticas clave y tensiones en proyectos estratégicos de tecnología. El enfoque del multimillonario parece ahora más claro y es, concentrarse en Tesla y sus iniciativas privadas, dejando atrás la intrincada política federal. El impacto de esta decisión aún está por verse, pero marca un punto de inflexión en la interacción entre Musk y el gobierno estadounidense.
