La campeona olímpica argelina de boxeo, Imane Khelif, vuelve a estar en el centro del debate deportivo mundial. Un reciente informe médico concluye que la atleta posee cromosomas XY, lo que confirma su sexo biológico masculino. La controversia se intensifica a medida que la nueva Federación Internacional de Boxeo plantea cambios regulatorios para los próximos Juegos de Los Ángeles 2028.
Imane Khelif ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de París 2024, desatando orgullo nacional en Argelia y generando admiración por su potencia en el ring. Sin embargo, un nuevo estudio filtrado por el portal especializado 3 Wire Sports ha puesto en duda su elegibilidad en la categoría femenina, puesto que el reporte asegura que pruebas cromosómicas revelaron un patrón XY. Este cariotipo corresponde al sexo masculino. Las pruebas, supuestamente realizadas en el laboratorio Dr. Lal Path, certificado por organismos internacionales, también mostraron niveles anormalmente altos de testosterona.
Además, el informe apunta que Khelif tiene una condición conocida como deficiencia de la enzima alfa 5 reductasa. Esta condición provoca que personas genéticamente masculinas sean asignadas como mujeres al nacer. Sin embargo, durante la pubertad, el aumento de testosterona puede conferir características masculinas marcadas.
Pruebas médicas y marcadores masculinos
Según el informe, Khelif no presenta útero. En cambio, habría evidencias de gónadas internas y un micropene en forma de clítoris. También se describe una “vagina ciega”, lo cual coincide con casos clínicos de intersexualidad. Todo esto se apoya en estudios genéticos realizados durante los campeonatos mundiales de 2022 y 2023 por la Asociación Internacional de Boxeo.
Pese a estos resultados, el Comité Olímpico Internacional (COI) permitió que Khelif compitiera en París 2024. El presidente del COI, Thomas Bach, defendió la participación de la boxeadora y negó que se tratara de un caso de identidad transgénero. Bach acusó incluso una “campaña de desinformación liderada por Rusia”.
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Ante esta polémica, la nueva World Boxing, presidida por el neerlandés Boris van der Borst, ha anunciado la implementación de pruebas de sexo obligatorias. Estas comenzarán en julio, como medida de control de equidad para las futuras competencias internacionales.
La medida busca prevenir casos como los de Imane Khelif y Lin Yu Ting, otra boxeadora con marcadores masculinos que también ganó oro en París. El deporte olímpico vuelve a enfrentar una compleja disyuntiva entre inclusión, biología y justicia competitiva.
