El vínculo entre el presidente Donald Trump y el magnate tecnológico Elon Musk parece haber llegado a un punto de quiebre. En declaraciones desde la Oficina Oval, el mandatario aseguró sentirse “muy decepcionado” por los recientes comentarios de Musk, quien calificó su ambicioso plan presupuestario como una “abominación” que pondría en riesgo el equilibrio fiscal del país.
“Estoy sorprendido. Elon conocía a fondo este proyecto, incluso mejor que muchos de los funcionarios que lo trabajaron. Nunca expresó reparos hasta que dejó el gobierno”, señaló Trump ante los periodistas. Además, recordó la cercanía que mantuvo con el empresario durante su mandato: “Le he ayudado mucho, y siempre tuvo palabras positivas hacia mí. Esto me toma por sorpresa”.
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La respuesta de Musk no tardó. A través de su red social X, el fundador de Tesla y SpaceX cuestionó directamente la postura del mandatario. “Sin mí, Trump habría perdido las elecciones. Invertí cientos de millones para que ganara. Qué ingratitud”, escribió el empresario, quien fue uno de los mayores financiadores de la campaña republicana en 2024.
Las tensiones entre Musk y Trump escalan
El enfrentamiento escaló cuando Trump insinuó que las críticas de Musk podrían estar motivadas por la eliminación de subsidios a los vehículos eléctricos, una medida incluida en la nueva ley. “Falso”, replicó Musk, negando que sus objeciones fueran motivadas por intereses comerciales y reafirmando que su oposición al proyecto se basa en principios fiscales y de transparencia.
Las tensiones entre ambos líderes no solo quedaron en el plano político. El mercado también reaccionó con fuerza: las acciones de Tesla cayeron más de un 8% en la bolsa de Nueva York, en medio del cruce público de declaraciones.
Hasta hace poco, Musk era uno de los asesores más influyentes en el entorno presidencial. Su salida del gobierno y el posterior distanciamiento con Trump marcan un giro inesperado en una relación que parecía sólida. Ahora, con el telón de fondo de una posible campaña para la reelección en 2028, este desencuentro podría tener repercusiones tanto en el panorama político como económico de Estados Unidos.