Decenas de colombianos han viajado a Ucrania con la esperanza de encontrar una mejor vida en medio del conflicto armado. Muchos de ellos, exmilitares, aceptaron la oferta de unirse a las fuerzas combatientes impulsados por videos en redes sociales, especialmente en TikTok, donde según Infobae Colombia figuras como el teniente “Vegueta” ofrecen pagos millonarios que nunca se materializan. La promesa más frecuente incluye salarios de hasta 19 millones de pesos mensuales, bonos por desempeño y apoyo logístico. Sin embargo, quienes llegan al frente descubren una realidad muy distinta.
Uno de los combatientes colombianos, que pidió a Infobae Colombia no revelar su identidad, relató que las condiciones en el campo de batalla distan mucho de lo prometido. Asegura que los supuestos contratos no garantizan un salario fijo y que los bonos dependen del rendimiento individual, lo cual resulta incierto y arbitrario. Además, los líderes encargados del reclutamiento mantienen su posición en áreas administrativas, lejos del peligro, mientras envían a otros a las zonas más peligrosas. Muchos de estos soldados pasan semanas o incluso meses sin recibir un solo pago.
Le puede interesar: Más de 28 mil comparendos por porte de arma blanca en Cali
Heridos y abandonados: una lucha por sobrevivir sin apoyo
Los testimonios de los combatientes para Infobae Colombia también revelan un patrón de abandono tras sufrir heridas. Los heridos deben buscar su salida del frente por sus propios medios, incluso si no pueden caminar. Uno de ellos, apodado “Cangrejo”, suplicó a su superior ayuda para evacuar una zona minada. En un mensaje grabado dijo: “Puedo pararme con el pie izquierdo, pero que no nos vaya a dejar morir acá”. Su ruego muestra el sentimiento generalizado de desprotección y el peligro permanente al que se exponen.
Los comandantes, tanto colombianos como ucranianos, no logran brindar apoyo real. Las reglas del mando ucraniano exigen que solo evacúen soldados ucranianos, dejando a los extranjeros a su suerte. Esta situación se complica en regiones como Jersón, donde los campos minados imposibilitan el movimiento. Según los combatientes, la falta de asistencia médica y la imposibilidad de salir del frente convierten a cada herida en una potencial sentencia de muerte. Mientras tanto, las promesas de ayuda e indemnización siguen incumplidas.
Lea también: Cierran más de 250 servicios materno-infantiles en el Valle
Redes de reclutamiento: manipulación y silencio ante las denuncias
El mercenario colombiano también denunció la existencia de una estructura de negocios en torno al reclutamiento. Afirmó que figuras visibles en redes y medios, como Audel Rojas, un enfermero colombiano, promueven el ingreso de nuevos combatientes con testimonios engañosos. Algunos se presentan como héroes sin haber estado en el frente. Estos líderes no solo promueven falsas expectativas, sino que bloquean a los familiares de combatientes desaparecidos cuando intentan obtener información.
Además, los testimonios señalan que el dinero asignado para salarios y ayudas, incluso fondos internacionales provenientes de la OTAN, nunca llega a los soldados. Los combatientes sospechan que las estructuras administrativas desvían estos recursos. Al final, la motivación de quienes viajan en busca de una oportunidad se convierte en una pesadilla de explotación, silencio y precariedad. La guerra en Ucrania, que ya genera devastación en Europa, también deja una huella dolorosa en comunidades colombianas que pierden a sus seres queridos por promesas incumplidas y engaños sistemáticos.