Los enfrentamientos continuos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC están teniendo graves consecuencias en el Pacífico colombiano. Recientemente, se informó sobre un masivo desplazamiento forzado que afectó a 800 indígenas del resguardo del Sande, así como a más de 2 mil campesinos en los municipios de Santacruz y Samaniego, ubicados en Nariño.
La violencia en esta región colombiana parece intensificarse cada vez más. Ante la amenaza constante de quedar atrapados en medio de los enfrentamientos armados y después de meses viviendo en condiciones precarias de seguridad, cientos de habitantes de Nariño se vieron obligados a abandonar sus hogares y emprender un viaje incierto en busca de seguridad y protección contra la posibilidad de ser víctimas mortales.
El resguardo indígena awá El Sande emitió un comunicado en el que informó que los combates entre grupos armados ilegales forzaron a 800 de sus miembros a dejar sus tierras. Además, se anticipa que otras 600 personas puedan verse obligadas a desplazarse en el transcurso del día.
Por otro lado, alrededor de 2.025 campesinos de 18 veredas diferentes ya han llegado al casco urbano de Samaniego. José Obregón, secretario de gobierno de Nariño, reveló que en algunas de las veredas del municipio de Santacruz se han colocado banderas blancas como un gesto de paz, con la esperanza de evitar ataques por parte de los grupos armados. Muchas familias se habían refugiado previamente en sus casas y escuelas para protegerse de los enfrentamientos.
El resguardo awá expresó su deseo de que la guerra cese por completo y que todas las partes respeten la sacralidad de la vida. Se espera que este viernes se lleve a cabo una reunión entre la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y otras instituciones de derechos humanos y cooperación internacional para tomar medidas urgentes destinadas a aliviar esta grave crisis humanitaria.