Durante la audiencia, se observó que el general retirado, en lugar de admitir haber impartido alguna orden, se enfocó en explicar las diversas presiones a las que estuvo sometido. Este enfoque generó indignación entre las víctimas, quienes acusaron al general retirado de menospreciar su dolor y de eludir su responsabilidad.
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Una de las familiares de las víctimas expresó con firmeza: “No nos falte al respeto, exigimos respeto. No estamos aquí suplicando ni implorando, estamos exigiendo la verdad. Dejen de burlarse de nuestro sufrimiento. Han pasado 17 años, y todas estas familias necesitan conocer la verdad. Queremos que usted reconozca su rol como líder principal en estos hechos, por así decirlo.”
Otra mujer, que perdió a su padre y a su hermano, manifestó su indignación: “Usted no está aquí por elección propia. Me siento profundamente ofendida porque usted afirmó que el señor Fabián debería llevar las armas. ¿Y ahora viene aquí a negar que dio la orden? No puedo creerlo.”
Ante los reclamos y la furia de los presentes en la audiencia, Torres Escalante admitió su responsabilidad en los crímenes, aunque insistió en que no había dado directamente la orden de asesinar a esas personas.
