En el barrio Restrepo, en la localidad de Antonio Nariño, sur de Bogotá, la comunidad vive momentos de indignación y conmoción tras conocerse el caso de una perrita que fue víctima de un presunto abuso sexual y abandono. El animal fue hallado en la vía pública con graves heridas y signos evidentes de violencia.
De acuerdo con el testimonio de algunos residentes, el presunto agresor habría cometido el atroz acto dentro de una vivienda del sector y, posteriormente, dejó al animal en la calle durante varias horas. “La perrita estaba afuera desde las cuatro y media de la mañana, botando sangre. Pasó toda la mañana así hasta que varias personas decidieron ayudarla”, relató un testigo en declaraciones al medio CityTV.
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Los vecinos, al notar el estado crítico del animal, la trasladaron de inmediato a un centro veterinario. Según el diagnóstico preliminar, presentaba laceraciones y lesiones compatibles con un acto de abuso sexual. “Era muy doloroso verla así. Estaba sangrando constantemente y se notaba que había sido maltratada brutalmente”, explicó uno de los ciudadanos que atendió la emergencia.
La comunidad pide acción urgente
Los residentes aseguran que han logrado identificar al posible responsable del maltrato, pero lamentan que, a pesar de haber alertado a las autoridades de protección animal y a la Policía, no han recibido una respuesta efectiva. “Pedimos apoyo desde el primer momento y no llegó nadie. La comunidad tuvo que actuar por su cuenta”, denunció uno de los líderes del sector.
Ante la gravedad del caso, los habitantes del barrio exigen que se revisen las cámaras de seguridad instaladas en el área para recolectar pruebas que permitan dar con el paradero del responsable. “Necesitamos justicia. Estos actos no pueden quedar impunes. No es solo por este caso, es por todos los animales que están en riesgo”, subrayó otra vecina afectada por la situación.
El caso ha generado una fuerte ola de indignación en redes sociales, donde activistas y ciudadanos reclaman una investigación inmediata y sanciones ejemplares para el responsable del presunto abuso. Por ahora, la perrita sigue recibiendo atención veterinaria mientras la comunidad sigue exigiendo justicia.