Con miras a garantizar el bienestar de los estudiantes y fortalecer áreas clave de la ciudad, el Concejo de Cali avanza en la discusión de varias apuestas presupuestales que pretenden asegurar el futuro funcionamiento de programas sociales, educativos y de infraestructura hasta el año 2027. La Comisión de Presupuesto aprobó en primer debate una propuesta clave: autorizar vigencias futuras por más de $420 mil millones para asegurar la alimentación y transporte escolar en los próximos dos años.
Estas asignaciones excepcionales buscan evitar interrupciones en los servicios que benefician directamente a las niñas, niños y adolescentes matriculados en instituciones educativas oficiales. Además de este paquete educativo, los concejales continúan el análisis de adiciones y traslados presupuestales que involucran sectores como movilidad, tecnología, bienestar social y vivienda.
Según indicaron varios ponentes, estas decisiones permitirán planificar a largo plazo sin depender del presupuesto anual y brindan estabilidad a programas sociales esenciales.
Más allá de las aulas: lo que viene en movilidad, salud y tecnología
La visión del Concejo no se limita a educación. Otro proyecto en revisión plantea una adición de más de $103 mil millones al presupuesto de Cali. La propuesta distribuye recursos entre distintas dependencias: desde Hacienda y Educación, hasta Bienestar Animal y Gestión del Riesgo. Se contemplan proyectos que van desde adecuaciones viales hasta fortalecimiento tecnológico.
Por ejemplo, hay recursos previstos para Metrocali, soluciones tecnológicas municipales, mantenimiento de centros de atención local (CALIs), apoyo a víctimas del conflicto y adecuación de canchas de pádel.
También se busca garantizar la atención en salud y alimentación a población carcelaria y mejorar el inventario de bienes públicos. Las propuestas tocan sectores distintos, pero coinciden en un objetivo común: asegurar continuidad, modernización y mejor atención ciudadana.
Lo que está en juego
Las propuestas de vigencias futuras excepcionales no solo garantizan que los servicios actuales no se detengan. También permiten que las instituciones puedan contratar con antelación. Esto se traduce en mejor planeación y ejecución más oportuna. Sin embargo, no se trata solo de cifras. La concejal Tania Fernández lo resumió así: es momento de pensar también en los estudiantes que no están en colegios oficiales, pero sí necesitan alimentación y transporte.
El concejal Henry Peláez, por su parte, enfatizó que lo aprobado asegura que ningún niño quede sin comida ni sin cómo llegar al aula en 2026 y 2027.
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Aún falta el segundo debate en plenaria para que estas decisiones sean definitivas. Por ahora, el Concejo sigue definiendo las reglas del juego presupuestal para los próximos años.