En un caso sin precedentes en Colombia, la Corte Constitucional ordenó a un colegio evangélico de Sogamoso disculparse con un joven de 15 años expulsado tras denunciar humillaciones homófobas. El alto tribunal reafirmó que la orientación sexual no puede ser motivo de sanción y exigió medidas para erradicar la discriminación contra estudiantes LGBTI.
El conflicto comenzó cuando el joven defendió a dos compañeras sancionadas por tener una relación. Una profesora le insinuó que él también podía ser gay, calificando a las personas homosexuales como “una abominación para Dios”. El adolescente respondió que no veía problema en serlo, lo que derivó en su expulsión.
Tras acudir a la justicia, el joven logró que la Corte ordenara su reincorporación, cursos de nivelación y disculpas públicas. El colegio intentó anular la sentencia alegando libertad religiosa, pero el tribunal reiteró que ese derecho debe armonizarse con una educación sexual integral e inclusiva, basada en evidencia científica y derechos humanos.
Religión, educación y derechos humanos
Además, el joven relató que la institución proyectó a los estudiantes un documental que promovía “abandonar” la homosexualidad por razones religiosas. También denunció que la psicóloga justificó la apelación del colegio argumentando un supuesto perjuicio a la fe. La Corte rechazó este razonamiento y resalto que la religión no puede usarse para generar odio.
También, el apoyo de su hermana fue clave para que sus padres lo respaldaran en la demanda, puesto que él contactó a la oenegé Jacarandas y, posteriormente, a Colombia Diversa, que lo acompañó en el proceso. El fallo se convirtió en un referente nacional sobre la protección de estudiantes LGBTI frente a instituciones educativas.
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Aunque sigue profesando la religión de su familia, el joven sostiene que la fe y la orientación sexual no son excluyentes. Hoy continúa sus estudios en el mismo colegio, donde afirma que el trato cambió “por obligación, no por convicción”. Mantiene su identidad en reserva y asegura que su objetivo es seguir luchando por otros derechos.
