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El anuncio que no esperaba María Fernanda Cabal

María Fernanda Cabal vuelve por tercera vez a quedarse a puertas de ser candidata presidencial. Esta vez evidenció su descontento.

El pasado lunes 15 de noviembre, el Centro Democrático anunció a Paloma Valencia como su candidata presidencial para las elecciones de 2026. Se impuso sobre sus compañeras y amigas del Senado, Paola Holguín y María Fernanda Cabal, tras una encuesta interna realizada entre militantes del partido.

Las tres senadoras uribistas han rondado la idea de la Presidencia desde 2018, aunque nunca antes sus aspiraciones habían sido tan reales. En ese recorrido, Cabal había ocupado reiteradamente el segundo lugar.

La elección de Valencia se dio luego de dos mediciones. La primera, realizada por la firma chilena Cadem, consultó a ciudadanos colombianos. El resultado mostró un amplio 64 % de “no sabe/no responde”. Entre quienes sí se pronunciaron, Paloma Valencia obtuvo el 17 %, María Fernanda Cabal el 11 % y Paola Holguín quedó en último lugar.

La segunda encuesta estuvo a cargo de Panel Ciudadano y se dirigió exclusivamente a los militantes del Centro Democrático. De los 4.818 convocados, respondieron 2.259, cerca del 47 %. De nuevo, Valencia encabezó la medición con el 45 %, seguida de Cabal con el 37 % y Holguín con el 16 %.

Aunque eran tres aspirantes por el aval del uribismo, la verdadera disputa se libraba entre Valencia y Cabal: dos de las figuras más visibles del partido y fieles seguidoras de Álvaro Uribe.

El partido informó que el anuncio oficial se haría ese lunes a las cinco de la tarde en el auditorio Luis Guillermo Vélez, en el Congreso de la República. Allí se reunirían congresistas, concejales, ediles y dirigentes del Centro Democrático, además de las tres senadoras precandidatas.

La contienda ya no incluía a Andrés Guerra, también senador, quien optó por aspirar como cabeza de lista a la Cámara por Antioquia. Tampoco a Miguel Uribe Londoño, padre del asesinado Miguel Uribe Turbay, quien renunció al partido y a sus aspiraciones presidenciales tras diferencias internas.

El reflejo del disgusto de Cabal.

Desde la mañana, varios medios aseguraban que la ganadora era María Fernanda Cabal. Su historial parecía confirmarlo: en 2018 quedó segunda frente a Iván Duque y volvió a repetir ese lugar ante Óscar Iván Zuluaga. Todo indicaba que el acto de la tarde sería un simple protocolo para presentar a la senadora caleña.

A las cinco en punto, el auditorio estaba lleno. La primera en llegar fue Paola Holguín, quien desde temprano conocía los resultados y  parecía asumir la derrota como evidente. Minutos después apareció Paloma Valencia, recibida entre aplausos y voces que coreaban su nombre. En ese momento, los periodistas comenzaron a confirmar lo que en la mañana había sido un rumor equivocado: la ganadora no era Cabal, sino Valencia.

Un día antes del anuncio, María Fernanda Cabal había estado en el centro de la polémica. El periodista Daniel Coronell reveló en su columna dominical que Juan José Lafaurie Cabal, hijo de la senadora, accedió a subsidios del Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (Finagro), entidad cuya junta directiva integraba su padre Jose Felix Lafaurie, y cuyos recursos estaban destinados a campesinos con limitaciones económicas y no a hijos de congresistas.

El evento se retrasó cerca de una hora. Cabal no aparecía. Algunos aún confiaban en que llegaría acompañada por el expresidente Uribe para ser anunciada como la vencedora. Pero fue el propio Uribe quien, a través de una transmisión en vivo, confirmó el resultado faltando diez minutos para las seis de la tarde. Cabal seguía ausente.

A las seis en punto, María Fernanda Cabal ingresó por una puerta lateral, sin llamar la atención. Aprovechando que el auditorio estaba concentrado en Paloma Valencia, se sentó en silencio en su lugar.

El acto comenzó con la invitación a que congresistas, concejales, ediles y las tres precandidatas subieran al escenario. La última en hacerlo fue Cabal, quien avanzó despacio y buscó ubicarse detrás de los demás, pero fue llamada al frente.

Gabriel Vallejo, presidente del Centro Democrático, anunció oficialmente que la candidata presidencial era Paloma Valencia Laserna. Serpentinas cayeron del techo y el auditorio estalló en aplausos. Todos celebraban, excepto Cabal, quien, con una sonrisa rígida, volvió a ocupar el lugar que había intentado desde el inicio: el fondo del grupo, para pasar desapercibida.

Mientras Valencia tomaba el micrófono y recibía abrazos y felicitaciones, otros se acercaban a Cabal con palabras de consuelo. Ella los recibía con evidente incomodidad. Sus gestos la delataban: sonrisas forzadas, movimientos constantes de las manos, la mirada perdida. Parecía no escuchar el discurso; solo quería bajar del escenario.

Al terminar el evento, Cabal fue de las primeras en salir, nuevamente por el costado, sin hacer ruido y sin dar declaraciones. Valencia y Holguín también optaron por el silencio ante los medios.

A las afueras del auditorio, Cabal fue abordada por la prensa. Dijo no haber escuchado las palabras que Valencia había pronunciado sobre ella, en las que destacaba sus cualidades y expresaba admiración. También pidió que el partido publicara las fichas técnicas de las encuestas para conocer los resultados reales, dejando ver sus dudas sobre la transparencia del proceso. Afirmó que apoyaría a Valencia, aunque insistió en que no estaba de acuerdo con la metodología, pues prefería elecciones abiertas donde decidieran los colombianos.

La noche cerró con un abrazo ante las cámaras entre ambas senadoras, mientras Valencia reiteraba públicamente las virtudes de Cabal.

Declaraciones post derrota.

Pese a que Valencia fue elegida con el 45 %, los micrófonos siguieron buscando a Cabal, quien insistió en la necesidad de transparencia. En entrevista con Semana, reiteró que apoyaría hasta el final a su amiga, pero cuestionó al expresidente Uribe por fotografiarse con otros aspirantes presidenciales, pues, según ella, eso confunde al electorado.

Volvió a criticar el mecanismo de selección y señaló a otros políticos, como Miguel Polo Polo, a quien calificó de desleal por apoyar a Abelardo de la Espriella y no a ella, pese a que, aseguró, le debe su curul en la Cámara.

María Fernanda Cabal no volverá a aspirar al Congreso. Llegó allí como representante a la Cámara por Bogotá en 2014. Pasó al Senado en 2018 y fue reelegida por cuatro años más. Hoy dice estar cansada de la vida legislativa.

Su futuro político es incierto. Por ahora, asegura estar concentrada en que Paloma Valencia gane la Presidencia. Dentro del partido, algunos la ven como posible ministra en un eventual gobierno de derecha; otros, como candidata a la Gobernación del Valle del Cauca.