Por: Miguel Ángel Arango
El ex ministro de justicia, Wilson Ruiz, exhortó a los ciudadanos a votar con responsabilidad al momento de elegir al nuevo mandatario y al tiempo advirtió que Cali no aguanta un alcalde como Jorge Iván Ospina, para el próximo periodo.
El también precandidato a la alcaldía atribuye el mal momento a los desaciertos de la administración municipal y recordó que cuando fue ministro de justicia le propuso ayuda a Ospina para construir los centros de reclusión transitoria “pero me mamó gallo y no me copió”. Afirmó que en esta urbe existe un inhumano hacinamiento en las estaciones de policía porque estos establecimientos no fueron construidos para albergar presos.
Igualmente lo responsabilizó de los problemas de seguridad y lamentó que este gobernante haya recortado en más de un treinta por ciento el presupuesto para combatir el crimen. El ex ministro Ruiz reconoció el fenómeno de la inseguridad como el flagelo más acuciante que tienen los habitantes de la capital del Valle del Cauca.
Propone un plan integral de seguridad en donde se involucren el estado municipal, la policía, la fiscalía y todos los ciudadanos. Expuso como ejemplo que en la comuna 22 funciona un dron que maneja la policía y a quinientos metros de altura logra identificar a las personas. “Le entregaré un dron a cada comuna en mi lucha contra la criminalidad”, dijo Ruiz.
Señaló que Cali está sumida en el caos, es una ciudad angustiada y víctima de un deplorable gobierno.
Asimismo alertó sobre momentos críticos que viven muchas personas y aseguró que por lo menos setecientas mil personas viven en condiciones de extrema pobreza. “El hambre en Cali es algo brutal y debemos reaccionar para ayudar a esta gente”, destacó el ex ministro de justicia.
De manera recurrente reclamó juicio de los votantes y agregó que la ciudad puede ser víctima de un alcalde populista porque ve en la escena política precandidatos con estas características.
ROJOS
El escepticismo está apoderado de la dirigencia del liberalismo vallecaucano a cinco meses de las elecciones locales y cuando todos advierten que perderían una curul en el concejo de Cali.
El partido tiene definidos dos liderazgos. Uno del ex gobernador Juan Carlos Abadía y otro con el concejal Fabio Arroyave Botero. Pero no llenan el vacío que dejaron los grandes jefes de décadas pasadas.
El liberalismo regional está disperso y naufraga en las tormentas de la mediocridad y el repudiable deseo de conseguir beneficios personales. Esa dispersión provoca que sectores insignificantes minoritarios se atrevan a anunciar apoyos a candidatos a la alcaldía y a nombre del partido en pleno.
Los rojos pasarían a convertirse en la tercera fuerza política de Cali detrás de la U Y de la Alianza Verde.
EL AVAL
Hace cuatro años el ex gobernador Juan Carlos Abadía, cobró inusitada importancia a la hora de definir avales del liberalismo para candidatos a la alcaldía de Cali y gobernación del departamento.
Facilitó que el presidente de la colectividad Cesar Gaviria, avalara a Jorge Iván Ospina y Clara Luz Roldán. En el 2015 fueron el exconcejal Carlos Andrés Clavijo y el mismo Abadía quienes conspiraron con intensidad para que el ex presidente no le diera el aval a Roberto Ortiz. Al final desistieron de la intriga y el reconocimiento liberal le llegó al “chonto” pero ya era demasiado tarde. Se quedó con la medalla de plata.
Hoy la jefatura política de Gaviria se tambalea pero seguramente su inmenso cariño por Abadía y Clavijo debe seguir inalterable y no descartamos que incidan en el otorgamiento del aval del partido para su amigo Tulio Gómez. Va por firmas pero seguro no despreciará un apoyo de esta naturaleza.