En noviembre del año pasado, el ministro del Interior, Armando Benedetti, reveló a Revista Semana que estaba en rehabilitación por drogadicción. Cinco meses después, su esposa Adelina Guerrero agradeció ese proceso. Guerrero aseguró que está “orgullosa” y “admira” a su esposo por haber entrado a rehabilitación, algo que los “ha hecho más felices como familia”. Y le agradeció por ser “un ejemplo”.
En ese entonces, Benedetti aún era embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En su entrevista con Semana anunció que renunciaría a ese cargo para aterrizar a la Casa de Nariño. Primero fue su asesor, luego su jefe de gabinete y finalmente llegó al Ministerio del Interior. Durante su estadía en el exterior, Benedetti además afirmó que asistió a terapias de rehabilitación en Mazatlán, México.
“Con un grupo de amigos empezamos a probar lo que era la cocaína, la droga, todo por experimentar. Pero no me quedé ahí, vengo a quedarme ahí después de viejo, por así decirlo, con la parte social, el ajetreo, el trabajo intenso, y ahí es cuando me empieza a tomar ventaja”, señaló Benedetti. El hoy ministro ha tenido problemas con el consumo de sustancias psicoactivas desde hace años.
Lea más: Benedetti compromete acciones para frenar violencia hacia mujeres.
Los líos maritales que retrató la prensa entre Benedetti y su esposa
En junio de 2024, la prensa reportó que la Policía de España recibió un reporte de una presunta agresión verbal de Benedetti hacia su esposa y que, incluso, la amenazó con un cuchillo. Según los informes policiales, su esposa lo habría denunciado formalmente y por eso le abrieron un expediente en su contra. En Colombia, la Fiscalía también lo investiga por ese caso. Y la Cancillería, en cabeza de Laura Sarabia, remitió el caso a la Procuraduría.
Después de conocerse la presunta agresión, su esposa publicó una imagen con mensajes que parecían indirectas para Benedetti. “Un sociópata se define como una persona con un trastorno de personalidad antisocial, caracterizado por patrones persistentes de comportamiento manipulador, falta de empatía y desprecio por las normas sociales y legales”, decía.
Benedetti negó el hecho y dijo que “se encontraba en un proceso de divorcio”. Pero parece que se echó para atrás. Meses después, en entrevista con Semana, volvió a negarlo e insistió en que un juez de España falló a su favor y determinó que no hubo agresiones físicas, verbales ni de ningún tipo. En ese entonces, Benedetti apareció feliz junto a Adelina, su esposa.
Adelina también negó cualquier indicio de violencia por parte de Benedetti en su contra. “Yo no fui amenazada con un arma blanca, ni me golpearon. La carroñería mediática no ha hecho sino violentar mi intimidad y el bienestar emocional de mi familia”, dijo.
Benedetti tiene una denuncia por violencia a las mujeres
La canciller Laura Sarabia denunció a Benedetti ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (Cidh) por violencia política contra la mujer. Lo hizo después de filtrarse unos audios de Benedetti, en los que la señala de ser una “coya” (prostituta en jerga costeña). Sarabia señaló sus expresiones de ser “misóginas”.
Sarabia fue la mano derecha de Benedetti cuando fue senador. Llegó a la campaña de Petro de su mano y fue la mujer más poderosa del gobierno Petro. Pero ante los escándalos y molestias internas del gabinete con su figura, la relación de Sarabia con el presidente se desgastó de a pocos. Sarabia mantiene una pelea cazada con Benedetti ante los estrados judiciales.
Lea también: Ángela Buitrago es designada canciller ad hoc para el caso Benedetti.