Hace un mes, la noticia del crimen de Sofía Delgado, una niña de 12 años, sacudió a Colombia. La pequeña fue secuestrada y asesinada por Brayan Campo, vecino y comerciante de Candelaria (Valle del Cauca). La sociedad reaccionó con indignación, y rápidamente la figura de Campo pasó a ser un símbolo de horror. Pero, a su lado, Evelyn Rodas, su esposa, ha tenido que enfrentar un sufrimiento paralelo que le ha arrebatado su vida anterior.
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En una reciente entrevista publicada por Jay Alarcón en Facebook, Evelyn relató las penurias que ha vivido desde el crimen. Asegura que ha sido blanco de ataques constantes y amenazas, sufriendo la ira de los colombianos que la asocian erróneamente con el asesinato. “Prácticamente todo el país me odia, es muy difícil tener que estar encerrada y recibir ataques de toda Colombia. No estoy acostumbrada a vivir en esta situación”, dijo entre lágrimas, al referirse al encierro que vive junto a su hija, quien también ha sido víctima de hostigamiento.
Rodas niega cualquier vínculo con el feminicidio y asegura que no estuvo presente en la tienda de mascotas donde ocurrió el crimen. “No tengo nada que ver. Ese domingo estaba haciendo mercado. No supe nada hasta después de que todo sucedió. La gente no entiende que, aunque soy su esposa, no soy responsable de sus actos”, afirmó, mientras defendía su inocencia y la de su hija, Sofía, quien también ha sido objeto de ataques.
Ataques a Evelyn Rodas y a Brayan Campo se convirtieron en intensos por el crimen de Sofía
Los ataques contra la familia de Campo fueron tan intensos que, en un acto de desesperación, los residentes de Villagorgona intentaron prenderle fuego a la casa y la tienda de los implicados. Evelyn se enteró de ello mientras estaba detenida en la Sijín. “Me dejaron sin nada. Quemaron la tienda, se llevaron mis animales, y me dejaron solo con lo que tenía puesto ese día”, relató.
A pesar de su liberación, ya que no existían pruebas que la vincularan con el asesinato, Evelyn sigue viviendo con el miedo de ser juzgada por la sociedad. Ella también hace un llamado para que se respete a su hija, quien con solo cuatro años de edad está siendo atacada en redes sociales.
“Mi hija no tiene la culpa, ella es una niña inocente. No merece vivir esto”, concluyó, visiblemente afectada por el sufrimiento que, según ella, también está padeciendo su hija por las acusaciones infundadas que recaen sobre su familia.
Mientras tanto, las investigaciones siguen su curso y la sociedad debate sobre la responsabilidad de los cómplices indirectos, pero para Evelyn Ruedas, el verdadero dolor radica en la persecución social y los ataques que ella y su hija continúan sufriendo.
