El programa Roperos de Inclusión de la Gobernación del Valle se ha consolidado como un ejemplo de solidaridad y de cómo las iniciativas comunitarias pueden transformar vidas. Según Olga Beatriz Collazos, coordinadora del programa, este proyecto ha demostrado la generosidad y el compromiso de los vallecaucanos con quienes más lo necesitan. “Los roperos han sido posibles gracias a las donaciones de ropa de la comunidad, lo que ha permitido generar empleo y oportunidades de vida para miles de personas”, destacó Collazos.
Le puede interesar: Fonder Valle impulsa la economía del Valle: más de 1.000 emprendedores beneficiados a cierre de año
Los roperos no solo son puntos de venta de ropa, sino que se han convertido en centros de apoyo y emprendimiento para poblaciones vulnerables. Personas mayores, individuos con discapacidad, familiares de víctimas y personas privadas de la libertad han encontrado en estos espacios una oportunidad para rehacer sus vidas, comenzar negocios propios y alcanzar autonomía económica. “El proyecto ha demostrado que cuando se brindan oportunidades y apoyo, las personas saben aprovecharlas”, asegura la coordinadora.
Beneficios que trascienden la economía: Inclusión y conciencia ambiental
Uno de los aspectos más importantes de los Roperos de Inclusión es su impacto económico y social. Este programa no solo genera empleo para sectores vulnerables, sino que también promueve la conciencia ambiental. Al fomentar la reutilización de ropa. Por esto, los roperos contribuyen a la economía circular, ayudando a reducir la contaminación generada por la industria textil, una de las más contaminantes del mundo.
“Estamos enseñando a la comunidad la importancia de trabajar en equipo, de asociarse y de unir conocimientos para lograr metas comunes. A la vez, están contribuyendo con la eco sostenibilidad del planeta a través del fortalecimiento de la mida circular con la transformación y el reúso de ropa que es una de las industrias que más generan contaminación“, enfatizó Olga Beatriz Collazos.
Con un total de 21 roperos en 14 municipios del Valle del Cauca, el programa ha impactado a más de 200 personas directamente. Sin embargo, según Collazos, la cifra real de beneficiarios es aún mayor: “Más de 10 mil personas en todo el Valle del Cauca están involucradas en otros roperos independientes”, comentó, destacando la red de apoyo que se ha creado.
Los roperos se han convertido en espacios de encuentro y colaboración, donde no solo se generan ingresos económicos, sino también un ambiente de trabajo en conjunto. Personas con amplia experiencia, especialmente adultos mayores, han encontrado en estos espacios una nueva forma de contribuir activamente a la sociedad. “La mayoría de nuestros beneficiarios son personas mayores que estaban subutilizadas, pero hoy, con entusiasmo, motivan a otros a emprender”, agregó Collazos.
Impacto positivo para el Valle del Cauca a través de la sostenibilidad
Los roperos de inclusión representan una verdadera oportunidad para los hogares vallecaucanos, pero también son un motor para la economía popular. Collazos señaló que estos espacios fortalecen la asociatividad y la economía local al proporcionar una fuente de ingresos inmediata a organizaciones y fundaciones de personas en situación de vulnerabilidad.
Mediante estos roperos, la Gobernación del Valle ha logrado beneficiar a diversas organizaciones, como las de mujeres cabeza de familia, personas con discapacidad, líderes comunitarios, y familias de víctimas de desapariciones forzadas, entre otras. “Este programa genera ingresos y, a la vez, permite que las personas se empoderen, creando un círculo de apoyo y crecimiento”, indicó la coordinadora del programa.
Expansión del proyecto para más oportunidades
Actualmente, la Gobernación ha establecido 21 roperos en municipios como Cali, Tuluá, Cartago, Buga, Roldanillo, Palmira, Guacarí, Ginebra, Pradera, Trujillo, Calima, Restrepo y Zarzal, a su vez con planes de expandir la estrategia a más localidades. El proyecto ya está en camino de abrir nuevos roperos en Candelaria y Cerrito, lo que sumará un total de 23 roperos en todo el Valle del Cauca.
Cada ropero recibe una dotación completa que incluye 250 prendas de vestir, exhibidores de ropa, planchas vaporizadores y otros equipos que facilitan su venta y organización. Con esta infraestructura, el programa busca continuar generando empleo y promoviendo la sostenibilidad, adicionalmente de fortalecer el tejido social y económico de la región.
En conclusión, los Roperos de Inclusión no solo han mejorado las condiciones económicas de las poblaciones vulnerables del Valle del Cauca, por lo que también están fomentando una conciencia colectiva sobre el cuidado del medio ambiente y la importancia de la solidaridad. Un modelo de emprendimiento social que, según Collazos, está aquí para quedarse y seguir transformando vidas.