La gobernadora del Valle del Cauca, Dilian Francisca Toro, hizo un firme llamado a los grupos criminales que operan en Buenaventura, tras un consejo de seguridad realizado en la ciudad. Donde advirtió que los grupos delictivos, como los Shotas y los Espartanos, que no respeten la tregua acordada, serán perseguidos y capturados por las autoridades.
“Si van a estar delinquiendo, pues van a tener que irse para la cárcel. Nosotros no vamos a tolerar que se generen actos de delincuencia en el distrito de Buenaventura”, declaró Toro.
La situación en Buenaventura ha empeorado en los últimos meses, con un aumento significativo de los actos violentos. Los grupos delincuenciales, en particular los Shotas y los Espartanos, han intensificado sus enfrentamientos y actividades criminales, lo que ha generado preocupación tanto en las autoridades locales como en los habitantes de la ciudad.
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Tregua entre grupos criminales
La tregua acordada entre estos grupos criminales finalizará el próximo 5 de febrero. Si bien las autoridades han manifestado su interés en prolongar la calma, recientes hechos de violencia han generado dudas sobre la efectividad de la tregua a largo plazo.
“Se han presentado problemas que se nos salen de las manos. Fabio Cardoso, delegado por el comisionado de paz, está trabajando en la mesa sociojurídica para que se pueda mantener la tregua”, explicó Toro. La gobernadora destacó que, aunque se están haciendo esfuerzos para mantener la paz, las autoridades no dudarán en actuar si la situación empeora.
El panorama sigue siendo incierto en Buenaventura, la violencia ha marcado a la ciudad, donde sigue siendo un desafío para las autoridades. Sin embargo, la postura de la gobernadora y de la fuerza pública es clara: no habrá tolerancia con los actos delictivos.
Mientras las negociaciones continúan, el futuro de la tregua dependerá de la capacidad de los actores involucrados para mantener el orden, pero la fuerza pública se mantiene alerta ante cualquier intento de desestabilización. La lucha contra el crimen organizado en Buenaventura es un reto complejo, y las autoridades están decididas a no ceder ante la presión de los grupos criminales.
