El 27 de marzo de 2025, la violencia golpeó nuevamente al sector rural de Palmira con el asesinato de Lácides Castellanos, quien dedicó su vida a la defensa de los derechos campesinos y la producción de café orgánico. Según informaciones preliminares, hombres armados irrumpieron en su finca y le dispararon en repetidas ocasiones, acabando con su vida en el lugar.
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La Defensoría del Pueblo había emitido alertas tempranas (AT 010/24 y AT 019/23) advirtiendo sobre el riesgo que corren los líderes sociales en la región, debido a la presencia de grupos armados ilegales que imponen su dominio sobre la población. Organizaciones defensoras de derechos humanos han reiterado la necesidad de reforzar las medidas de protección para evitar que este tipo de crímenes sigan ocurriendo.
Presencia de grupos armados en la zona
La región donde ocurrió el crimen está marcada por la presencia de estructuras armadas ilegales, como la Columna Móvil Adán Izquierdo del Bloque Occidental del EMC y el Frente 57 Yair Bermúdez, además de otras bandas criminales locales. Estos grupos ejercen un fuerte control en el territorio, lo que ha generado constantes hechos de violencia y amenazas contra la población civil, especialmente contra líderes sociales y comunitarios.
Las autoridades han indicado que, por el momento, no se ha podido establecer con certeza el grupo responsable del homicidio de Castellanos. Sin embargo, la investigación se centra en las estructuras criminales que operan en la zona, debido a su historial de ataques contra líderes campesinos.
Castellanos era un referente en el corregimiento de Tenjo por su trabajo en beneficio de las comunidades rurales. Además de ser un caficultor destacado, participaba activamente en una asociación cafetera y promovía el cultivo de café orgánico bajo la marca “Café Señorial”.
“En todas las reuniones con las comunidades, él siempre estaba presente. Era una persona proactiva, querida y con muchas ideas para mejorar la situación del campesinado. Su pérdida es un golpe para el sector agrícola de Palmira”, expresó el secretario de Agricultura del municipio, Giovanny Mocayo.
Por su parte, el personero de Palmira, William Espinosa, lamentó el homicidio y señaló que este tipo de hechos ya habían sido advertidos. “El riesgo para los líderes sociales en la zona sigue siendo alto, y es preocupante que, a pesar de las alertas, no se haya hecho lo suficiente para evitar esta tragedia”, afirmó.
Reclamo por protección a líderes sociales
El asesinato de Castellanos se suma a una larga lista de líderes sociales que han sido víctimas de la violencia en Colombia. Solo en 2025, Indepaz ha registrado 45 homicidios de defensores de derechos humanos y dirigentes comunitarios, lo que refleja la crisis de seguridad en las zonas rurales del país.
Organizaciones sociales y defensoras de derechos humanos han reiterado su llamado al Gobierno Nacional para que implemente medidas efectivas que garanticen la protección de los líderes sociales y sus comunidades. “No podemos seguir contando muertes sin que haya una respuesta contundente del Estado. Es urgente reforzar la seguridad y garantizar la justicia para las víctimas”, manifestó un representante de Indepaz.
Mientras tanto, la comunidad campesina de Palmira llora la pérdida de uno de sus líderes más comprometidos y exige que este crimen no quede impune.