Buenaventura sigue sumida en la violencia. El pasado domingo en la noche, un joven futbolista identificado como Vladimir Bravo Núñez, conocido como ‘Blacho’, fue asesinado a tiros mientras compraba comida en el barrio La Independencia. Su muerte ha generado una gran conmoción entre la comunidad y el mundo deportivo del puerto.
Bravo Núñez era un jugador destacado del equipo ‘Oros del Pacífico’, con un prometedor futuro en el fútbol. La noticia de su asesinato ha sacudido a sus compañeros, entrenadores y familiares, quienes lo recuerdan como un joven disciplinado y con grandes aspiraciones.
Las autoridades investigan el crimen para determinar si tiene relación con la ola de violencia que azota a la ciudad. En lo que va de marzo, se han registrado más de 20 homicidios en las comunas del puerto, sumando más de 50 en lo que va del año. Gran parte de estos crímenes están vinculados a la disputa territorial entre las bandas criminales Los Shottas y Los Espartanos.
Un llamado urgente a las autoridades
Ante el aumento de los asesinatos, el personero distrital de Buenaventura, Carlos Jefferson Potes, ha insistido en la necesidad de tomar medidas más drásticas para proteger a la población. Una de sus propuestas es la implementación de un toque de queda para menores de edad, debido a que las bandas están reclutando jóvenes para sus actividades criminales.
“Los enfrentamientos armados ocurren a cualquier hora del día. No hay distinción entre la noche o la mañana. La violencia está descontrolada. Creemos que restringir la movilidad de los menores podría ayudar a reducir los riesgos”, expresó Potes.
La comunidad de Buenaventura, cansada de vivir bajo el temor, ha empezado a movilizarse en redes sociales con el mensaje “S.O.S Buenaventura”, exigiendo al Gobierno Nacional y local acciones concretas para frenar la crisis de seguridad. Muchos temen que el puerto regrese a los niveles críticos de violencia de años anteriores.
Protesta estudiantil por la inseguridad
El asesinato de Bravo Núñez es un reflejo del peligro que viven los habitantes del puerto a diario. Ante esta situación, los estudiantes de la Universidad del Valle, sede Pacífico, han decidido suspender sus clases y salir a protestar. Denuncian que la inseguridad les impide asistir a la institución con normalidad y exigen garantías para continuar con su formación académica sin miedo.
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Las manifestaciones de los universitarios se suman al clamor de la comunidad en busca de soluciones inmediatas. Mientras tanto, las autoridades locales aseguran que se están fortaleciendo las estrategias de seguridad para devolver la tranquilidad a la ciudad. Sin embargo, los hechos de violencia continúan cobrando vidas, dejando a Buenaventura en una encrucijada donde la esperanza se enfrenta al miedo.