El brote de fiebre amarilla que golpea con fuerza a Tolima ha encendido las alertas en todo el país. Con 43 casos activos y 25 muertes confirmadas en lo corrido de 2025, el departamento se ha convertido en el epicentro de una emergencia sanitaria. Ante este panorama, el Valle del Cauca ha iniciado una ofensiva preventiva para frenar la expansión del virus en su territorio, especialmente en los municipios limítrofes con Tolima.
La secretaria de Salud del Valle, María Cristina Lesmes, anunció jornadas intensivas de vacunación y sensibilización. “Tenemos que cuidar nuestra frontera”, afirmó. La estrategia se concentrará en las zonas rurales cercanas al Tolima, priorizando a niños desde los 9 meses y adultos mayores de 60 años. La medida se da en un contexto alarmante, puesto que desde 2024 hasta la fecha, se han registrado 86 casos confirmados de fiebre amarilla y 38 fallecimientos en el país. De esos, 63 casos están activos actualmente.
Preocupación por expansión regional
Aunque Tolima concentra la mayoría de contagios, el virus ya ha causado muertes en otros departamentos. Putumayo ha reportado cinco decesos, seguido de Meta, Nariño, Huila, Caldas y Guaviare, con al menos una muerte cada uno. También, Vaupés registra un caso activo. El Ministerio de Salud, a través de su más reciente informe del 11 de mayo, advirtió sobre la expansión geográfica del virus, impulsada por factores como la deforestación, el cambio climático y el aumento de la movilidad entre regiones.
La fiebre amarilla es una enfermedad viral grave, que puede alcanzar una letalidad del 75% en brotes epidémicos si no se trata. Sus síntomas incluyen fiebre, dolor muscular, coloración amarilla en piel y ojos, vómito y pérdida del apetito. Sin embargo, es prevenible con una sola dosis de la vacuna, que es gratuita, segura y eficaz. El Ministerio de Salud reitera el llamado urgente a toda la ciudadanía a vacunarse, sobre todo antes de viajar a zonas de riesgo como la región Caribe o San Andrés.
“El virus mata. La vacuna salva vidas”, advirtió el ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo. La prevención, la vacunación y el control del mosquito siguen siendo las armas más efectivas para evitar una tragedia mayor.