En los últimos días, el suroccidente del país ha vivido una nueva oleada de hechos violentos que han generado preocupación entre las autoridades y las comunidades. Buenaventura, uno de los territorios que ha sentido el impacto de esta situación, mantiene medidas especiales de control con el fin de proteger la seguridad de sus habitantes.
El toque de queda para menores de 12 años y la restricción a la circulación de motocicletas entre las 8:00 p.m. y las 6:00 a.m. continuarán hasta el próximo lunes 16 de junio, como parte de las medidas preventivas adoptadas para contener el desorden público.
El más reciente atentado se registró en el barrio San Jorge, en una vía clave de acceso al puerto, donde un explosivo dejó una persona herida. El ataque ocurrió pocas horas después de que el presidente Gustavo Petro encabezara un consejo de seguridad en Cali, en el que se evaluaron las acciones de control en los departamentos de Valle del Cauca y Cauca.
En ese espacio, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, señaló que “no fue posible impedir la totalidad de las acciones violentas” registradas esta semana, aunque reiteró el compromiso del Gobierno con la estrategia Coraza, orientada a debilitar las estructuras armadas que operan en esta zona del país.
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“La cúpula militar y policial adelantará esta estrategia de manera contundente para desmantelar lo más pronto posible a las estructuras criminales Jaime Martínez y Dagoberto Ramos”, declaró el Ministro, en referencia a los grupos disidentes señalados de estar detrás de estos hechos. También mencionó acciones paralelas contra la estructura Franco Benavides, en la zona de Nariño.
La situación mantiene en alerta a los habitantes de Buenaventura, donde el miedo ha vuelto a tomarse las calles. Mientras tanto, el refuerzo del pie de fuerza y la extensión de las restricciones buscan restablecer el control institucional en uno de los territorios más estratégicos del Pacífico colombiano