En una nueva estrategia para contener el avance de las disidencias armadas en el suroccidente del país, el Ejército Nacional puso en marcha la operación ‘Escudo del Norte’, una ofensiva militar que se desplegará en puntos estratégicos del norte del Cauca y el sur del Valle del Cauca, regiones que han sido escenario de múltiples actos violentos en las últimas semanas. Esta acción busca recuperar el control territorial, desarticular las redes logísticas de la disidencia ‘Jaime Martínez’ y capturar a sus principales cabecillas, responsables de recientes ataques en zonas rurales y urbanas.
La operación involucra el despliegue de aproximadamente 800 soldados y se concentra principalmente en áreas montañosas, donde se presume que esta estructura ilegal mantiene presencia activa y ha consolidado corredores de movilidad y abastecimiento.
Según el general Federico Mejía, comandante de la Tercera División del Ejército, se trata de una ofensiva clave para responder con contundencia a los atentados cometidos el pasado 10 de junio, cuando esta disidencia ejecutó ataques en Jamundí, Cali y varios municipios caucanos. “Estas cuentas están pendientes por pagar. Esta es la contraofensiva que el país necesita recordar”, expresó el oficial durante el anuncio de la operación.
También avanza la persecución urbana contra integrantes del grupo
Mientras el componente militar se moviliza en la zona rural, en las ciudades también se intensifica la acción de las autoridades. Durante el fin de semana, unidades de inteligencia y fuerzas especiales de la Policía lograron capturar a tres presuntos integrantes de la disidencia ‘Jaime Martínez’ en operativos realizados en Cali. Los detenidos estarían directamente vinculados al atentado con explosivos ocurrido el 18 de mayo en el barrio Los Lagos, en el oriente de la ciudad, donde varias personas resultaron heridas. Estas capturas se consideran un avance clave en la desarticulación del componente urbano de este grupo armado ilegal.
De forma paralela, el Ejército y la Policía trabajan de manera conjunta en labores de inteligencia para identificar rutas de escape, centros de mando y puntos de aprovisionamiento de la estructura armada. El objetivo es golpear simultáneamente tanto a los mandos medios como a los cuadros logísticos y de apoyo, sin dar margen para reagrupamientos o retaliaciones. Las autoridades también han advertido que durante el desarrollo de la operación podrían presentarse intentos de instrumentalización de la población civil, como ha ocurrido en otras zonas del país, donde los grupos armados promueven asonadas para obstaculizar las acciones de la fuerza pública.
Ante esa posibilidad, se recordó que bloquear operativos o enfrentar a los uniformados puede constituir un delito, y quienes participen en esas acciones podrían ser judicializados. Esta advertencia busca prevenir incidentes como los que ya se han registrado en otras regiones del país, donde los grupos armados ilegales manipulan a comunidades para proteger sus intereses y dificultar el accionar estatal. La fuerza pública reiteró que su presencia busca proteger a los habitantes de las zonas afectadas y garantizar su seguridad a largo plazo.
La ofensiva busca frenar expansión de grupos armados ilegales
La operación ‘Escudo del Norte’ surge en un momento crítico para el suroccidente del país, en medio de una creciente preocupación por el avance de grupos armados ilegales que intentan consolidarse en territorios estratégicos. La disidencia ‘Jaime Martínez’, que hace parte de las estructuras residuales de las extintas Farc, ha intensificado sus ataques en los últimos meses, utilizando tanto explosivos como acciones de sabotaje y hostigamiento. Las autoridades aseguran que este grupo también ha sido responsable de intimidaciones a líderes sociales y amenazas a comunidades rurales.
Con esta ofensiva, el Ejército busca no solo neutralizar a los responsables, sino también enviar un mensaje de firmeza frente a estructuras que han intentado recuperar poder en regiones que habían sido estabilizadas. Además, se plantea como una estrategia a mediano plazo, con presencia sostenida en el terreno, para evitar que la criminalidad regrese una vez concluyan los operativos principales. Según el general Mejía, este despliegue representa un compromiso institucional con los habitantes de Cauca y Valle del Cauca, quienes han sido víctimas directas de la violencia y la inseguridad generadas por estos grupos.
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El desarrollo de esta operación se mantendrá activo durante las próximas semanas, y se esperan nuevos anuncios sobre avances, capturas o incautaciones. Por ahora, el mensaje de las autoridades es que las estructuras armadas ilegales no tendrán espacio para fortalecerse en esta región. La coordinación entre Ejército, Policía y Fiscalía será clave para lograr los objetivos trazados y devolver la tranquilidad a los territorios más golpeados por el conflicto armado en esta zona del país.