Una nueva tragedia enluta al Pacífico colombiano. En zona rural de Buenaventura, específicamente en el corregimiento de Bajo Calima, se produjo una masacre que ha dejado, hasta el momento, al menos siete personas asesinadas, aunque las autoridades no descartan que el número total de víctimas ascienda a nueve.
De acuerdo con la Armada Nacional y fuentes de inteligencia militar, las muertes se habrían dado en el marco de una confrontación interna entre integrantes del frente Jaime Martínez, una disidencia de las Farc al mando de ‘Iván Mordisco‘. Las víctimas pertenecerían a la columna ‘Wilson González’, una estructura subordinada, y los móviles apuntan a un enfrentamiento motivado por el robo de dineros ilegales provenientes del narcotráfico y la minería criminal.
Violencia entre ellos por dinero
“Estamos ante un acto de barbarie. Estos grupos han perdido cualquier tipo de ideología y ahora se masacran entre ellos por el control de rentas ilícitas”, aseguró el coronel Ricardo Visbal, comandante de la Brigada de Infantería de Marina No. 2.
Los cadáveres fueron encontrados en zonas selváticas de difícil acceso. Según testimonios de la comunidad, algunos cuerpos fueron trasladados en canoas por habitantes del sector, lo que ha dificultado precisar la cifra total de fallecidos. La mayoría de las víctimas serían oriundas del departamento del Cauca.
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En el lugar ya se encuentran tropas de la Armada Nacional, la Personería de Buenaventura y unidades del CTI de la Fiscalía para realizar las diligencias de identificación y levantamiento. Las operaciones militares en la zona se han intensificado con el fin de ubicar campamentos clandestinos y recuperar el control del territorio.
Crisis humanitaria en aumento
El Bajo Calima es un corredor estratégico para grupos armados ilegales como el ELN, el Clan del Golfo y varias facciones disidentes de las Farc. Esta nueva masacre se suma a un historial creciente de violencia en la región y ha provocado una emergencia humanitaria: más de 300 familias permanecen confinadas en sus viviendas y las escuelas del área han suspendido clases ante el temor de nuevos enfrentamientos.
La Fiscalía avanza en la identificación plena de los cuerpos y en esclarecer los hechos. Todo apunta a que se trató de una ejecución interna dentro de la organización armada, lo que pone en evidencia la fragmentación creciente de estos grupos y su lucha feroz por el dominio de economías ilegales.