En el barrio Unión de Vivienda Popular, en la comuna 12 de Buenaventura, grupos criminales dictaron un toque de queda que obliga a los residentes a permanecer encerrados a partir de las 6:00 de la tarde. Según denuncias de la comunidad, quienes se atrevan a salir después de esa hora enfrentan la amenaza directa de ser asesinados. Las calles, que antes eran transitadas en las noches, ahora quedan desiertas y silenciosas bajo el control del miedo.
Los habitantes aseguran que esta medida no es nueva, pero en los últimos días se ha intensificado. Muchos recuerdan con nostalgia los tiempos en que podían recorrer el barrio con tranquilidad. Hoy, cualquier sonido de motocicleta genera pánico, y cada puerta permanece cerrada como escudo improvisado contra la violencia. La vida social y económica del sector se paraliza desde que cae la tarde, dejando una sensación de encierro forzado.
Le puede interesar: Presidente Petro: “Ya vamos de salida pero hay unos asustados”
Impacto en la vida diaria de los residentes
La imposición del toque de queda ha afectado gravemente a quienes trabajan en horarios nocturnos o deben salir de madrugada. Algunos vecinos han optado por pagar alojamiento cerca de sus lugares de trabajo para evitar el riesgo de transitar en la madrugada. “Es mejor gastar en un hotel que arriesgar la vida”, expresó un residente que debe salir a trabajar antes del amanecer.
Las restricciones también afectan a pequeños comercios, transporte y actividades comunitarias. Los negocios cierran temprano para prevenir incidentes, y las reuniones vecinales han desaparecido casi por completo. La rutina diaria de la comunidad se adapta al miedo, mientras los criminales se afianzan como autoridad de facto en el sector.
Lea también: Centro Democrático no reemplazará a Miguel Uribe en candidatura
Autoridades y organismos de control responden
La Personería de Buenaventura advirtió que la situación en la comuna 12 es crítica. Algunas familias han optado por abandonar sus hogares, que posteriormente son ocupados por integrantes de las bandas. Esta dinámica fortalece el dominio criminal y desplaza silenciosamente a los residentes que no pueden convivir bajo estas amenazas.
Frente a la crisis, las autoridades locales anunciaron que implementarán una estrategia conjunta con la fuerza pública para recuperar el control territorial. El objetivo es restablecer la seguridad, devolver la tranquilidad a los habitantes y permitir que la vida comunitaria vuelva a la normalidad. Sin embargo, la comunidad permanece escéptica y exige acciones rápidas y contundentes.