Un estudio del Consejo Nacional de Productividad reveló el panorama de los vendedores informales en Cali, destacando su ubicación, perfil demográfico y el impacto de las intervenciones en la Plaza de Caicedo.
La caracterización socioeconómica de los vendedores informales en Cali pone de relieve un panorama complejo que afecta a un sector significativo de la población. Aproximadamente el 10% de estos trabajadores se ubican a solo 500 metros de la emblemática Plaza de Caicedo, un lugar que actúa como un imán económico tanto para las actividades comerciales formales como informales. En este entorno se encuentran vendedores de diversos productos, desde ropa hasta comidas, frutas y bebidas, lo que refleja la diversidad de la oferta en esta zona de alta concurrencia.
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Según un análisis detallado, a medida que disminuye la distancia desde la plaza, la concentración de vendedores informales aumenta notablemente. A 100 metros de la plaza se encuentra el 13,4% de estos trabajadores, mientras que a 250 metros se eleva a un 45,9%. Esto significa que la Plaza de Caicedo no solo es un punto de referencia, sino un núcleo de actividad comercial vibrante. Sectores como las inmediaciones del SENA y el Centro Comercial Cali Viejo son particularmente densos en términos de actividad informal, acumulando un 21,7% de los vendedores de la zona de estudio.
En términos sociodemográficos, el análisis revela que hay una ligera mayoría de mujeres (50,6%) en el sector informal, con esta cifra aumentando a 65,3% a medida que se reduce la distancia a la plaza. Además, se observa una significativa sobrerrepresentación de adultos mayores en este ámbito, con un alarmante 70,4% de los vendedores en el área de estudio perteneciendo a este grupo etario, lo que contrasta con las proporciones de jóvenes y adultos en la zona de intervención, donde son menos prevalentes.
Opiniones diversas frente a la economía del centro
El aspecto étnico también es notable en la caracterización, ya que el 5% de los vendedores se identifican como indígenas y un 19% como afrodescendientes. Estas cifras son considerablemente superiores a los porcentajes encontrados en el último censo del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), lo que indica una sobrerrepresentación de las minorías étnicas en las ventas informales.
La situación económica de estos vendedores es preocupante. En promedio, ganan menos de 1,7 salarios mínimos mensuales (SMMLV), aunque los trabajadores del área de estudio e intervención obtienen un ingreso ligeramente mayor, de 1,8 y 1,9 SMMLV, respectivamente. Sin embargo, un preocupante 46,3% de los vendedores informales ganan menos de un SMMLV, lo que pone de manifiesto la precariedad de su situación económica y laboral.
Respecto a las intervenciones recientes en la Plaza de Caicedo, las opiniones de los vendedores son diversas. Muchos de ellos consideran que las remodelaciones y el embellecimiento del espacio han sido beneficiosos. Ya que han atraído a más turistas y visitantes, lo que a su vez se traduce en un incremento en sus ventas. No obstante, otros especialmente aquellos con más años en el oficio, se sienten perseguidos y marginados por las autoridades, alegando que estas obras han intensificado la vigilancia y la represión hacia ellos, lo que les hace sentir vulnerables y despojados de sus derechos al trabajo.
Oferta gastronómica en el centro de la ciudad en constante evolución
Frente a esto, Brany Prado, director de Acodres, enfatizó la importancia del centro histórico en el sector gastronómico, destacando que “los centros históricos en muchas ciudades son cruciales para atraer al turismo.” Según Prado, la rica arquitectura de Cali y su oferta gastronómica están en constante evolución, adaptándose a las nuevas demandas del turismo. “Muchos restaurantes están empezando a entender la dinámica del turismo y están evolucionando su oferta, su atención y su presentación”, añadió. Este enfoque no solo mejora la competitividad de la ciudad, sino que también podría consolidar el sector gastronómico como un atractivo principal para los visitantes en el centro histórico de Cali.
En conclusión, la caracterización socioeconómica de los vendedores informales en Cali revela una interdependencia entre el comercio informal y las dinámicas turísticas y gastronómicas de la ciudad. Mientras que algunos ven en las remodelaciones una oportunidad de crecimiento, otros sienten que su medio de vida se ve amenazado. Esto plantea un debate urgente sobre la necesidad de políticas que reconozcan y regulen este sector vital, asegurando que la diversidad económica de la ciudad se mantenga y prospere.