La modernización del alumbrado público en Cali, emprendida por Emcali, no solo representa un avance en infraestructura, sino también un desafío constante frente a problemas históricos y emergentes que afectan el proceso. Este esfuerzo, que busca superar rezagos de más de 20 años, enfrenta obstáculos relacionados con el hurto, la obsolescencia de equipos y una creciente demanda ciudadana.
Uno de los principales problemas en el alumbrado público es el daño recurrente a la infraestructura pública. Según José David Insuasti, gerente de Energía de Emcali, el hurto de luminarias, cables y transformadores no solo representa un costo económico, sino que también deja circuitos completos sin funcionamiento. Este problema es especialmente crítico en vías principales como la avenida Pasoancho, donde se han registrado fallas por el robo de cableado y equipos esenciales.
Para contrarrestar esta situación, la entidad trabaja en coordinación con la UAESP, la Secretaría de Seguridad y otras entidades, promoviendo acciones conjuntas que incluyan denuncias y campañas de protección de la infraestructura pública.
Otro desafío es la condición crítica de las instalaciones. Muchas luminarias y redes de soporte tienen décadas de antigüedad, lo que hace más compleja la operación diaria. Al iniciar el contrato en septiembre, el nuevo operador heredó un rezago de más de 6.500 peticiones de mantenimiento, que debieron ser atendidas de inmediato. Este retraso inicial sumó presión a un proceso ya exigente, donde la meta es garantizar que todas las luminarias de las tres zonas de la ciudad estén en correcto funcionamiento.
Ritmo de trabajo e impacto comunitario
Pese a los obstáculos, la compañía ha logrado un avance significativo. Actualmente, se instalan entre 300 y 400 luminarias diarias, lo que ha permitido modernizar más de 3.900 luminarias en los últimos dos meses. Sin embargo, la meta de superar el 50% del sistema modernizado para fin de año exige mantener este ritmo mientras se responde a las fallas y demandas de los ciudadanos.
Este esfuerzo no solo mejora la iluminación en barrios y parques emblemáticos, sino que también tiene un impacto directo en la seguridad y movilidad de las comunidades. Insuasti resalta que, aunque los retos son grandes, los beneficios transforman de manera tangible la calidad de vida en Cali.

En ese sentido, esta modernización es parte de un modelo transitorio que busca estabilizar el sistema lumínico mientras se define una solución de largo plazo. Este modelo, liderado en conjunto con la Alcaldía, tiene el objetivo de incorporar tecnologías como inteligencia en medición del aire y una infraestructura más sostenible para la ciudad.
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A pesar de los desafíos, Emcali avanza con determinación, enfrentando los problemas históricos y los nuevos retos con un enfoque centrado en el beneficio colectivo y el futuro de Cali.