En lugar de centrarse únicamente en los templos o procesiones tradicionales, miles de caleños y visitantes eligieron este año vivir la Semana Santa caminando entre cerros y senderos naturales. La ciudad se transformó en un escenario de encuentro entre espiritualidad y naturaleza, donde los paisajes verdes reemplazaron a los altares y la reflexión se hizo entre árboles y caminos empinados.
El ambiente fue tranquilo, familiar y masivo. Según los reportes preliminares de la Secretaría de Gestión del Riesgo, más de 40.000 personas visitaron lugares emblemáticos como el cerro de las Tres Cruces, Cristo Rey, Yanaconas y el parque de Pance. El movimiento fue particularmente alto el Viernes Santo, cuando más de 9.200 personas subieron a las Tres Cruces. Un día antes, en Jueves Santo, fueron cerca de 3.000 los caminantes que emprendieron ese mismo recorrido.
La ciudad vivió un momento distinto, donde no solo reinó la fe, sino también el respeto por el entorno. A lo largo de estos días, las autoridades acompañaron a los visitantes con una logística pensada para garantizar la seguridad en cada paso. Desde la Cruz Roja hasta la Defensa Civil, pasando por entidades locales, se desplegaron en los cerros con puntos de atención y personal dispuesto a prestar ayuda inmediata.
Aunque se registraron 65 casos de atención médica, todos fueron leves y no requirieron traslados mayores ni generaron emergencias significativas. El balance general fue calificado como positivo por las autoridades. Ricardo Peñuela Munevar, subsecretario de Conocimiento y Reducción del Riesgo, destacó que este movimiento masivo fue posible gracias a la articulación de instituciones y al compromiso ciudadano por vivir una Semana Santa segura.
Una Semana Santa con mirada ecológica
Más allá del componente espiritual, esta jornada también sirvió para impulsar iniciativas ambientales que buscan crear conciencia entre quienes disfrutan de los espacios naturales de la ciudad. Uno de los programas más destacados fue “En los cerros, residuos cero”, liderado por la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, que se enfocó en enseñar a los caminantes sobre la importancia del reciclaje y la conservación ambiental.
Gracias al trabajo de los promotores ambientales de ‘Mi Cali Bella’, más de 15.000 personas recibieron orientación sobre manejo adecuado de residuos. Como resultado, durante estos días se recolectaron más de 500 kilos de materiales aprovechables en puntos estratégicos como Cristo Rey, Tres Cruces y Yanaconas.
Uno de los sitios más llamativos fue el Tramo 2 del nuevo sendero ecológico en Cristo Rey. Allí, muchas familias aprovecharon la caminata no solo para ejercitarse, sino también para disfrutar de la biodiversidad. Se podían observar aves de colores vibrantes, especies vegetales únicas y un ambiente que invitaba a la calma. José Norberto, un habitante de Cali que recorrió el lugar, expresó que “es un espacio muy saludable para caminar en familia y desconectarse del estrés”.
Tradición, salud y respeto por el entorno
La manera en que los caleños eligieron vivir esta Semana Santa deja ver un cambio cultural en la relación con lo sagrado. Ya no se trata solo de asistir a misa o seguir los rituales religiosos. Para muchos, la conexión con la fe se expresa ahora en silencio, caminando, respirando aire puro y cuidando los espacios que hacen parte del paisaje urbano de la ciudad.
El esfuerzo institucional fue clave, pero el comportamiento ciudadano marcó la diferencia. Esta Semana Santa no solo dejó un saldo positivo en cifras de visitantes y salud pública. También dejó enseñanzas sobre corresponsabilidad, cuidado del entorno y formas diferentes de vivir la espiritualidad.
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Cali, con su geografía privilegiada, mostró que es posible encontrar paz y reflexión en medio de la naturaleza. Y si bien todavía hay retos por resolver, el camino se está construyendo con pasos firmes.