Steven Zuluaga aún no se explica cómo su moto, en perfecto estado al momento de ser detenida por las autoridades, terminó convertida en una verdadera chatarra. El pasado 8 de junio, agentes de tránsito inmovilizaron su vehículo en Terrón Colorado por una infracción relacionada con el chaleco de su acompañante. Tras negarse a pagar un presunto soborno, Zuluaga firmó el comparendo y permitió que su motocicleta fuera subida a una grúa, con la promesa de retirarla al día siguiente en condiciones normales.
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Sin embargo, tres días después, al acudir a los patios, encontró la moto con múltiples daños: sin tapas, sin espejos, con el tren delantero torcido, el guardabarros partido, el tanque hundido y la placa trasera doblada. De acuerdo con lo que indicó Zuluaga a CW+Noticias; un funcionario del lugar le indicó que el vehículo ya había llegado así, y que debía hacer el reclamo directamente con la empresa de grúas.
El daño supera los dos millones de pesos
La magnitud del daño supera los dos millones de pesos, según las cotizaciones realizadas con repuestos genéricos en un taller certificado. “Parece más un deshuesadero que un taller legal”, advirtió, tras ser dirigido a un lugar informal por parte de un intermediario de la empresa de transporte. Solo tras insistir en medios y redes sociales, logró que el operador accediera a reunirse y avanzar en un posible acuerdo de pago.
Zuluaga también denunció que, gracias a vídeos de cámaras del sector y del portal Noticias Terrón, pudo confirmar que varias motos incluida la suya fueron dejadas caer desde la grúa antes de llegar a los patios. “Nos dicen que el vehículo ya venía dañado, pero hay pruebas que demuestran lo contrario. La grúa dejó caer al menos cinco motos ese día”, afirmó.
El ciudadano hizo un llamado urgente a la Secretaría de Movilidad de Cali y al CDAB para que refuercen los controles sobre el manejo de los vehículos inmovilizados, así como sobre la integridad de los operarios y los procesos de grúa. “Los ciudadanos no podemos seguir siendo los que pagamos por la negligencia de otros. Esto no me pasó solo a mí, hay muchas personas afectadas que no denuncian por miedo o desconocimiento”, concluyó.