El presidente Gustavo Petro anunció que su gobierno no recortará el gasto social para las poblaciones vulnerables, y aseguró que la carga financiera de la crisis presupuestal será asumida por los sectores más adinerados del país. La decisión se tomó tras una reunión con altos funcionarios, luego de que el Congreso rechazara el presupuesto proyectado para 2025.
Durante una reunión de trabajo celebrada este lunes festivo, el presidente Gustavo Petro abordó junto a varios de sus funcionarios la compleja situación presupuestal que enfrenta el país para 2025, con un déficit cercano a los 12 billones de pesos. En el encuentro participaron la jefa de gabinete, Laura Sarabia; el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla; el director de Planeación Nacional, Alexander López Maya, y otros altos cargos del gobierno.
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A través de su cuenta en X, Petro informó que su administración no cederá en el propósito de fortalecer el gasto social. “La situación presupuestal no la pagarán los pobres con recortes de gasto social. Sino los sectores más adinerados del país, a los cuales se les recortará toda forma de subsidio”, afirmó el mandatario.
Esta postura refuerza declaraciones previas de Petro, quien ya había advertido que cualquier ajuste presupuestal impactaría principalmente a las élites económicas. Según el presidente, la crisis se debe al “sobreendeudamiento” generado durante el mandato de su antecesor, Iván Duque.
El Congreso rechaza la propuesta del Gobierno
El rechazo del Congreso al presupuesto propuesto por el Gobierno ha generado incertidumbre, especialmente en lo relacionado con las inversiones para el próximo año. La Contraloría ha alertado sobre posibles afectaciones al gasto de inversión y ha recordado la necesidad de cumplir con la regla fiscal. Por lo que el ajuste ha sido solicitado por el Ejecutivo en el contexto de la discusión presupuestal.
Sin embargo, la falta de consenso en el Congreso complica la aprobación de una ley de financiamiento que ayude a cubrir el déficit. Varios congresistas consideran que la propuesta de Petro equivale a una nueva reforma tributaria, lo que ha frenado el avance del proyecto y tensado aún más la relación entre el Legislativo y el Gobierno.
Por ahora, el presidente mantiene firme su decisión de no comprometer los recursos destinados a los más vulnerables. Mientras las discusiones sobre posibles ajustes fiscales se mantienen en el centro del debate político nacional.