Un temblor de magnitud 4,2 sorprendió a los habitantes del litoral Pacífico colombiano a las 2:36 a.m. de este viernes 25 de abril de 2025. El movimiento telúrico, registrado por el Servicio Geológico Colombiano (SGC), se originó en aguas del océano Pacífico y tuvo una profundidad menor a 30 kilómetros.
Este tipo de movimientos telúricos, por su cercanía a la superficie, tienden a sentirse con mayor intensidad, a pesar de no alcanzar magnitudes extremas. Aunque no se reportaron afectaciones materiales ni víctimas, el sacudón fue percibido por varias comunidades costeras, generando alarma y recordando la constante actividad sísmica que caracteriza a esta región del país.
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Otros dos temblores se sintieron en Santander
El mismo día, durante la madrugada, se reportaron dos sismos adicionales en el departamento de Santander. El primero, a las 3:03 a.m., alcanzó una magnitud de 2,3 y ocurrió en Sabana de Torres, a una profundidad de 142 kilómetros. Municipios cercanos como San Pablo (Bolívar), Puerto Wilches y Sabana de Torres percibieron levemente el temblor.
El segundo evento sísmico se registró a las 7:47 a.m. en el municipio de Los Santos. Este tuvo una magnitud de 3,0 y una profundidad de 152 kilómetros. A pesar de su baja intensidad, estos movimientos refuerzan la percepción de una alta actividad sísmica en la región andina colombiana.
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¿Por qué es clave la profundidad de un sismo?
La profundidad con la que ocurre un sismo es determinante para entender su impacto en la superficie. El SGC explica que los temblores superficiales, aquellos con una profundidad menor a 70 kilómetros, tienden a causar más daños, ya que liberan su energía más cerca de la corteza terrestre. El sismo de esta madrugada en el Pacífico, al haberse originado a menos de 30 kilómetros, entra en esta categoría.
En cambio, los sismos intermedios (entre 70 y 300 km) y los profundos (más de 300 km) suelen sentirse en áreas más amplias pero con menos intensidad en la superficie. Colombia, al estar ubicada sobre el punto de encuentro entre las placas de Nazca, Caribe y Sudamericana, experimenta frecuentemente estos fenómenos.
Después de un sismo principal, es común que ocurran réplicas. Estos movimientos sísmicos de menor magnitud se deben a los reajustes en la corteza terrestre. Aunque suelen ser menos intensos, pueden resultar peligrosos si las estructuras ya han quedado debilitadas. En cuanto a la duración, la mayoría de los temblores perceptibles duran solo unos segundos, aunque los instrumentos registran actividad durante más tiempo. Factores como la magnitud, profundidad y cercanía al epicentro influyen en cuánto dura y cómo se siente el sismo.
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Acciones a tomar ante un sismo: Preparación y seguridad
Ante un sismo, la preparación previa es fundamental para garantizar la seguridad personal y la de los demás. En primer lugar, se recomienda tener a mano un kit de emergencia que incluya agua, alimentos no perecederos, linternas, baterías y un botiquín de primeros auxilios. Además, es importante conocer las rutas de evacuación y asegurarse de que la vivienda esté reforzada, eliminando objetos que puedan caer o causar lesiones. La conciencia sobre cómo actuar durante y después del sismo puede hacer la diferencia en momentos de emergencia.
Cuando el temblor comienza, se deben seguir tres pasos esenciales: “agacharse, cubrirse y aferrarse”. Agacharse ayuda a mantener el equilibrio, cubrirse bajo una mesa o estructuras robustas protege de posibles caídas de escombros, y aferrarse asegura que uno permanezca resguardado mientras dure el movimiento telúrico. Si estás fuera de un edificio, lo mejor es alejarse de las estructuras y buscar un área despejada. En todo momento, es crucial evitar el uso del ascensor y, al terminar el sismo, mantenerse alerta ante posibles réplicas.