Una ola de solidaridad sacude las redes sociales colombianas luego de que la reconocida cadena de pollo frito Frisby S.A. BIC perdiera el registro de su marca en Europa. La decisión de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO) dio luz verde a Frisby España S.L. para usar el nombre, generando rechazo masivo en el país. El respaldo más llamativo llegó de parte de la licorera Aguardiente Amarillo de Manzanares, que publicó una foto con un mensaje directo: “Sabemos lo que se siente que te quieran copiar”. La frase, cargada de ironía y empatía, hace eco de un episodio similar que vivió la licorera en 2023, cuando enfrentó un intento de imitación de su imagen comercial.
“Los pioneros se respetan”, agregó la marca en sus redes, en clara alusión al carácter innovador de Frisby en el mercado nacional. Esta acción no solo generó comentarios positivos, sino que encendió una chispa de unidad en el sector empresarial colombiano.
El sector gastronómico cierra filas
A la publicación de Aguardiente Amarillo se sumaron restaurantes como KFC, Kokoriko, Buffalo Wings y Qbano, quienes enviaron mensajes en tono sarcástico pero firme. “Aquí solo original. Las copias, que hagan fila”, publicó BW junto a una imagen del Pollo Frisby y un toro. También Andrés Carne de Res, Crepes & Waffles, Parmessano y Presto se pronunciaron. “A-pollo a lo original”, decía uno de los mensajes que más se viralizó. Más allá de la industria alimentaria, marcas como Alpina, Argos, Suzuki, Royal Films y Miniso también ofrecieron su respaldo. El reclamo colectivo busca visibilizar la fragilidad de la propiedad intelectual frente a vacíos legales o falta de acción oportuna.
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La controversia comenzó cuando la empresa española Frisby España S.L., constituida en septiembre de 2024 con un capital de apenas 2.000 euros, solicitó el registro de la marca en la UE. Frisby S.A. BIC no presentó oposición formal dentro del plazo de tres meses, lo que permitió que la EUIPO fallara a favor de los españoles. Aunque estos aseguraron haber intentado una alianza comercial con la firma colombiana, Frisby respondió que tomaría acciones legales. Asegura que detectó el uso no autorizado de su imagen, personajes y logotipo.
Frisby tiene dos meses para apelar la decisión y demostrar uso continuo de su marca en Europa durante cinco años. De no hacerlo, perderá definitivamente sus derechos. Mientras tanto, Colombia parece haber encontrado un símbolo común en el que coincidir: la defensa de lo original.