Durante esta era tecnológica, se ha vuelto común que los jóvenes y niños usen sus celulares durante gran parte del día. Son medios digitales que se utilizan tanto para entretener como para aprender, pero la cantidad de tiempo que pasan frente a las pantallas sigue generando preocupación entre padres y expertos, quienes cuestionan los efectos que este hábito podría tener en el desarrollo físico, emocional y social de los menores.
Un informe reciente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reveló que el 11 % de los adolescentes colombianos de 15 años pasa más de 80 horas a la semana frente a pantallas digitales. Es decir, más de 11 horas diarias. El estudio alerta sobre cómo la exposición continua a dispositivos tecnológicos está transformando el desarrollo cognitivo y las habilidades sociales de esta generación.
Según el documento, la mayoría de jóvenes en Colombia (28 %) pasa entre 60 y 80 horas conectados a una pantalla. Le siguen quienes consumen entre 40 y 60 horas (20 %), entre 30 y 40 horas (14 %), y entre 20 y 30 (12 %). Aunque el grupo que supera las 80 horas es menor, Colombia figura entre los países con los índices más altos de consumo digital juvenil, en comparación con otras naciones de la OCDE.
Jóvenes en Colombia: Más conectados, pero también más expuestos
El estudio también detalla cómo el acceso a tecnologías varía según la condición económica de los hogares. “En Colombia, menos del 27% de los adolescentes de 15 años en hogares con bajos ingresos tiene un dispositivo digital en casa”, señala el estudio. En contraste, el 96 % de los jóvenes con mayores recursos sí cuenta con estas herramientas. Esta brecha digital se reflejaría en las oportunidades educativas y recreativas que los adolescentes pueden o no tener.
En cuanto al uso del celular, apenas el 60% de los jóvenes de bajos recursos tiene uno propio, una cifra considerablemente inferior al promedio de la OCDE, donde más del 90% de los adolescentes sí cuenta con este dispositivo.
Aunque el acceso a la tecnología tiene beneficios comprobados como el fomento al aprendizaje, la socialización y el desarrollo de habilidades, la OCDE advierte que los riesgos también son alarmantes. El informe indica que el 36% de los adolescentes se ha sentido incómodo por contenido inapropiado, el 42% por mensajes ofensivos y el 53% por material discriminatorio.
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Entre los efectos asociados al uso excesivo de dispositivos están el sedentarismo, los problemas visuales, la falta de sueño y la ansiedad. La OCDE advierte que, si bien aún no hay suficiente evidencia científica para establecer una relación directa entre la tecnología y los trastornos mentales, sí hay señales de alerta que deben tenerse en cuenta. El uso problemático de internet (PUI) también puede relacionarse con aislamiento, bajo rendimiento escolar y menor interacción presencial.
Tecnología como aliada del aprendizaje
El estudio resalta que el uso adecuado de dispositivos puede impulsar el aprendizaje y la independencia. El 84 % de los adolescentes en los países analizados usa tecnología para aprender algo por fuera del colegio. En especial, las niñas con un 87 % hacen un uso más frecuente de estos recursos en comparación con los niños (81 %).