Después de varios días de silencio institucional, el presidente Gustavo Petro decidió pronunciarse públicamente sobre el secuestro de Lyan José Hortúa, el niño de once años que fue raptado en el municipio de Jamundí, Valle del Cauca. Lo hizo a través de su cuenta en la red social X, justo pasada la medianoche del 21 de mayo, con un mensaje que no dejó espacio para ambigüedades.
“Lyan no es mercancía”, escribió el mandatario, condenando de forma tajante a quienes mantienen al menor en cautiverio. En su publicación, Petro calificó de “esclavistas” a aquellos que utilizan a un niño como instrumento de guerra, dejando en evidencia su rechazo absoluto ante una práctica que, además de atroz, sigue ocurriendo en algunos territorios bajo la sombra del conflicto armado.
El jefe de Estado fue más allá del simple rechazo y lanzó un llamado directo a los secuestradores, pidiéndoles que desobedezcan cualquier orden recibida y procedan con la liberación inmediata del menor. “Quienes lo retienen, desobedezcan a sus superiores. Libérenlo ya”, remató su declaración.
Este pronunciamiento se produjo en medio de las crecientes críticas de distintos sectores políticos que señalaban la falta de posicionamiento por parte del gobierno ante un caso que ha generado consternación en todo el país. Desde la oposición, algunos representantes habían reclamado una postura más visible del mandatario frente al drama que enfrenta la familia del menor desde hace más de dos semanas.
Una familia atrapada en la incertidumbre
Lyan fue secuestrado la noche del sábado 3 de mayo, en lo que debía ser una jornada tranquila en el corregimiento de Potrerito, ubicado en la zona rural de Jamundí. Sin embargo, hacia las ocho de la noche, varios hombres armados ingresaron por la fuerza a la vivienda donde se encontraba el niño junto a su familia. Tras intimidar a los presentes, se llevaron a una mujer y al menor. Según los relatos de testigos y de las autoridades, el niño fue sacado de la casa sin camiseta ni zapatos, tomado del cuello por sus captores. La mujer fue liberada al día siguiente, pero el paradero de Lyan sigue siendo desconocido.
Las investigaciones apuntan a que el responsable del crimen sería Alexis Quisoboni Caicedo, alias ‘Oso Yogui’, un integrante de las disidencias de las Farc perteneciente al frente ‘Jaime Martínez’. Se trata de un individuo considerado altamente peligroso por las autoridades y que opera en la zona. Según un reciente informe entregado por el Brigadier General Wharlinton Iván Gualdrón Gualdrón, jefe nacional del Servicio de Policía, el niño estaría en buenas condiciones de salud, aunque no se han revelado mayores detalles sobre su ubicación exacta ni sobre los avances en las negociaciones para su liberación.
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Mientras tanto, el caso ha movilizado a la ciudadanía. Familiares, vecinos y habitantes de Jamundí han salido a las calles en diversas ocasiones para exigir que Lyan sea devuelto con vida y sin condiciones. Plantones, caminatas y llamados urgentes a la compasión se han multiplicado en redes sociales y medios de comunicación. La presión social ha ido en aumento con cada día que pasa sin noticias concretas.
