Tras los recientes hechos de violencia registrados en el suroccidente del país, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, aseguró que estas acciones serían una reacción desesperada por parte de los grupos armados ilegales frente a la presión ejercida por las autoridades.
Los recientes ataques con explosivos en los departamentos de Cauca, Valle del Cauca y Nariño han dejado una preocupante cifra de víctimas, afectando tanto a la fuerza pública como a la población civil. Las pérdidas materiales también han sido significativas.
Uno de los episodios más delicados ocurrió el martes 10 de junio en Cali, cuando se registraron detonaciones casi de forma simultánea en los barrios Meléndez, Los Mangos y Manuela Beltrán. Horas antes, también se habían presentado ataques en el Cauca.
Frente a estos hechos, el Gobierno nacional convocó un encuentro sobre seguridad liderado por el presidente Gustavo Petro, que se llevó a cabo el miércoles 11 de junio en Cali. En este espacio se evaluó la situación y se tomaron decisiones urgentes para contener la crisis.
Respuestas del Estado a los ataques presentados en Colombia
En diálogo con Caracol Radio, el ministro Sánchez señaló que lo que se ha logrado en un frente, “los obliga a reaccionar en otros. Por eso, esta ofensiva será integral y sostenida”. También aseguró que estas estructuras armadas “están desesperadas por la presión del Estado”.
Como parte de la respuesta, anunció la Operación Coraza, la cual estará especialmente enfocada en los municipios de Jamundí, Suárez, Morales y Timba, en los departamentos de Valle del Cauca y Cauca.
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De manera paralela, también se implementa la Operación Perseo, dirigida a intervenir las zonas del río Micay y la cordillera en el departamento de Nariño.
Gobierno promete resultados
El ministro rechazó lo que llamó “viles actos de terror” y reafirmó el compromiso del Gobierno con las víctimas. “Nuestra solidaridad está con las familias. El compromiso es capturar a los responsables y evitar que hechos como estos se repitan”.
Para el Gobierno, los ataques no son señal de debilidad estatal, sino evidencia de que las acciones están teniendo impacto. Aún así, la situación sigue siendo crítica y el reto sería garantizar la seguridad en el suroccidente del país.