En respuesta a la controversia generada por la posible inclusión de las iglesias en futuras reformas tributarias, el Gobierno Nacional fijó su postura de manera tajante: no habrá impuestos para las organizaciones religiosas. Así lo confirmó el ministro del Interior, Armando Benedetti, quien aclaró que la administración del presidente Gustavo Petro no apoya ninguna medida que implique gravar la actividad religiosa ni contempla modificar su régimen especial.
La declaración surge tras el creciente debate impulsado por sectores ciudadanos, figuras políticas e incluso propuestas previas del Ministerio de Hacienda que planteaban revisar los beneficios tributarios de las iglesias. Estas discusiones señalaban la necesidad de fiscalizar ingresos de ciertas congregaciones, especialmente aquellas involucradas en actividades económicas o políticas.
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Sin embargo, Benedetti fue enfático al afirmar que dicha idea no forma parte de la agenda legislativa del Gobierno. “No se puede poner impuestos a la oración ni al culto. Eso no pasará bajo este gobierno”, aseguró. El mensaje fue interpretado como un intento por desactivar las tensiones con líderes religiosos, varios de los cuales se reunieron recientemente con el ministro para expresar su preocupación.
El encuentro reunió a representantes de varias iglesias del país
En el encuentro participaron representantes de diversas iglesias y la senadora Lorena Ríos, quien celebró las garantías ofrecidas por el Ejecutivo. “Confiamos en que el derecho a la fe no será vulnerado”, expresó la congresista, perteneciente al movimiento Colombia Justa Libres.
Las declaraciones de Benedetti también contrastan con las emitidas semanas atrás por el exministro de Hacienda Germán Ávila, quien mencionó que una futura reforma podría considerar impuestos a plataformas digitales, juegos de azar e incluso iglesias. Esta discrepancia interna encendió las alarmas entre comunidades religiosas, motivando la intervención del Ministerio del Interior para zanjar el tema públicamente.
Con esta postura, el gobierno Petro busca cerrar un debate que, aunque impulsado desde algunos sectores, no será respaldado por el Ejecutivo. El mensaje, en palabras del ministro, es claro: no habrá nuevos tributos ni trabas técnicas para quienes practican su fe en Colombia.
