El hecho ocurrió cuando hombres armados interceptaron al menor y lo obligaron a desplazarse hacia la zona montañosa del norte del Cauca. Samuel es hijo de Samuel Londoño Ortega, exalcalde de Miranda y actual gerente de la Industria Licorera del Cauca, situación que ha generado mayor preocupación por la vulnerabilidad de las familias en cargos públicos de la región.
El Colectivo de Juventudes Liberales de Miranda, al que el adolescente ha acompañado en distintos procesos sociales, rechazó el crimen con “profunda tristeza y dolor”, resaltando su liderazgo y compromiso comunitario. “Samuel no solo es un joven con ideales claros, es un hijo, un hermano, un amigo. Su ausencia hiere a Miranda entera”, expresaron en un comunicado.
Un departamento golpeado por la violencia
Este secuestro se suma a una serie de hechos violentos que han estremecido al Cauca en las últimas semanas, como el rapto de Nora Ruiz en Timbío y los ataques contra trabajadores del sector azucarero en Padilla y Guachené. De acuerdo con líderes gremiales, en lo corrido del año ya son varios los empleados secuestrados y otros asesinados en medio de atracos y hostigamientos.
Organizaciones como Asocaña y Fedemunicipios han advertido sobre el grave deterioro de la seguridad en la región, recordando que alcaldes, líderes sociales y jóvenes han sido blanco constante de estructuras criminales. El asesinato del alcalde de Guachené, Élmer Abonía Rodríguez, y del guardia indígena Eliécer Puyo Chocué, son apenas algunos ejemplos recientes de una violencia que no discrimina.
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La secretaria de Gobierno del Cauca, Maribel Perafán, confirmó que las autoridades mantienen operaciones en la zona para dar con el paradero de Samuel. Sin embargo, la comunidad insiste en que las acciones deben ir más allá de los operativos: demandan estrategias sostenidas que devuelvan la tranquilidad a los municipios del norte del Cauca, donde la vida cotidiana se ha visto atrapada por la zozobra.
Entre lágrimas y oraciones, los habitantes de Miranda dejaron un mensaje claro: la libertad de Samuel es también el clamor por la vida y la paz de todo un departamento que se resiste a normalizar la violencia.