El 30 de septiembre se ha convertido en una fecha muy particular en el calendario de las redes sociales. Aunque no está reconocida oficialmente, miles de personas en países como México, Colombia, Perú y Chile han adoptado la curiosa tradición de regalar carritos Hot Wheels a sus parejas, amigos o seres queridos. La práctica, que nació en TikTok, ha conquistado especialmente a las generaciones más jóvenes, quienes encuentran en este gesto un símbolo de complicidad, nostalgia y afecto.
El origen de esta tendencia se remonta al influencer mexicano Alejandro Rodríguez, quien propuso en 2022 que el 30 de septiembre fuera el “día de los Hot Wheels” como alternativa al ya popular “Día de las flores amarillas”, celebrado el 21 de septiembre. Su intención era crear una fecha especial para los hombres, regalando estos icónicos carritos que han marcado la infancia de varias generaciones. La idea rápidamente ganó popularidad y hoy se vive como una efeméride digital con gran impacto.
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En redes sociales abundan los videos de usuarios que muestran sus arreglos, en los que los autos a escala sustituyen a los tradicionales ramos de flores. Algunos incluyen dulces, mensajes personalizados e incluso cervezas, logrando obsequios creativos y únicos. El atractivo radica en la enorme variedad de modelos de Hot Wheels disponibles, que permiten adaptar el regalo a los gustos de cada persona. Desde ediciones inspiradas en videojuegos hasta colecciones limitadas, estos juguetes siguen siendo altamente valorados tanto por niños como por adultos y coleccionistas.
Una tradición que traspasa fronteras
Aunque surgió en México, la tendencia ya es celebrada en varios países de América Latina, incluyendo Colombia, donde cada vez más personas se suman a esta curiosa tradición. De hecho, en ciudades como Bogotá, Medellín y Cali, los negocios de regalos personalizados han reportado un aumento en la venta de estos autos de juguete en la víspera de la fecha.
El fenómeno también ha despertado el interés de la propia empresa Mattel, fabricante de Hot Wheels, que ha reconocido públicamente la fuerza emocional de la iniciativa en la región. Sin embargo, la esencia de esta celebración sigue siendo completamente cultural, impulsada por la creatividad de los internautas y la viralidad de las redes sociales.
De esta manera, el 30 de septiembre se ha consolidado como una jornada marcada por la nostalgia y la innovación, en la que un pequeño juguete se transforma en símbolo de afecto, amistad y celebración global.
