Un caso estremecedor de presunto maltrato infantil sacudió a Nueva Zelanda el pasado domingo 3 de agosto, cuando el conductor de un bus interurbano, al notar movimientos extraños en el compartimento de equipaje, descubrió a una niña de apenas dos años dentro de una maleta. El hecho ocurrió en Kaiwaka, a 100 kilómetros al norte de Auckland, y terminó con la detención de una mujer de 27 años, acusada por maltrato infantil y negligencia.
El hallazgo se produjo cuando el conductor del bus, durante una parada planificada, notó que una de las maletas del compartimento inferior se movía de forma inusual. Según informó la policía local, el conductor decidió inspeccionar el equipaje y, al abrir la maleta, encontró a la menor viva, aunque con signos de sobrecalentamiento por el encierro.
“El conductor se preocupó cuando notó que la bolsa se movía”, explicó el inspector detective Simon Harrison, de la Policía de Waitematā, citado por The New Zealand Herald. De inmediato, se alertó a las autoridades, que acudieron al sitio hacia las 12:50 p.m., hora local.
Niña sin lesiones visibles, pero con signos de calor
La menor fue trasladada rápidamente a un hospital cercano, donde recibió atención médica y fue sometida a una evaluación para determinar su estado de salud. Aunque no presentaba lesiones visibles, su exposición a un ambiente cerrado y caluroso ha despertado gran preocupación entre los especialistas.
La policía arrestó en el lugar a la implicada, cuya identidad no reveló, y la llevará ante el Tribunal de Distrito de North Shore el 4 de agosto para enfrentar cargos por maltrato y negligencia. Las autoridades no descartan que puedan formularse nuevas acusaciones conforme avance la investigación, que aún sigue en curso. “La investigación está en curso y no se han descartado más cargos”, advirtió Harrison.
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Las autoridades destacaron la intervención del conductor como clave para evitar una tragedia. “Nos gustaría elogiarlo por actuar de inmediato, evitando lo que pudo haber sido un desenlace fatal”, expresó el inspector Harrison. Este es un caso que ha generado indignación a nivel nacional e internacional, reabriendo el debate sobre la protección infantil en contextos de movilidad. Se desconoce el vínculo de la mujer con la niña, así como si había otros adultos implicados.