Por: Hernando “Fito” Hurtado –
El nuevo Uribe (lógico que nos referimos al hombre del Ubérrimo), ahora con tintes petristas, un tanto meliflúo (palabra usada por el propio ex mandatario), que significa meloso, considerado, solidario y pacífico, como si fuera seminarista bueno, realmente nos sorprende. En este momento pide que respeten al actual presidente y deja entender que los delitos de Nicolás Petro son meras pilatunas. Parece que estuviera defendiendo a sus polluelos Tomás y Jerónimo, que pasaron de vendedores de manillas a empresarios. Se perdió ese hombre recio, radicalizado, fundamentalista, que ha asumido un nuevo leitmotiv (una idea que se repite).}
Puede ser estrategia política, dicen unos, o no se sabe qué se está cocinando, pero es muy misterioso ese comportamiento de Álvaro Uribe Vélez; otrora muy intransigente, en extremo beligerante con Juan Manuel Santos y todas sus posturas, a quien no lo bajó de traidor porque hizo un proceso de paz de manga ancha con las Farc y que le quebró los huevitos de la seguridad democrática.
EL MEJOR AMIGO
Hoy pareciera que Uribe Vélez es el nuevo mejor amigo de Gustavo Petro Urrego con el cual ha hablado unas tres veces desde la posesión como mandatario. Eso sí, nunca se ha sabido de qué hablan. ¿Será que Petro le ha prometido el perdón de alguna falta? Se escucha frecuentemente en las tertulias políticas. Otros mas aventados dicen que “le ha prometido que no lo extraditará”. Con esta ausencia de datos, cualquier suposición por loca que parezca, puede ser válida.
Nadie negaría que es muy extraño todo.
Por el contrario, no entendemos nada, porque es similar a cuando agarramos a leer un libro que le faltan un montón de hojas o mejor, logramos rescatar una biblia que cayó en manos de los que les gusta ‘armar’ cigarrillos de esos para vivir sabroso.
Ese sí, el cambio de Uribe, es una transformación trascendental con la lógica del toma y dame para ‘hacernos pasito’. Este paisa está muy distante de aquel que decía: “Te doy en la cara marica”.
EL DE ANTES
Ese Uribe anterior gustaba mucho a un grupo de fanáticos que lo veía como una divinidad, un falso mesías como ídolo con pies de barro. Esa guardia pretoriana lo llevó en hombros y por eso fue dos veces presidente, y tenía mucha más simpatía que el de ahora, distante de sus ideales del sentido de defensa patriótica.
Es necesario contar, en honor a la verdad, que Uribe acorraló a las Farc, desatada en los campos; asesinando, secuestrando y extorsionando, pero no pudo ganarles.
Es bueno preguntar en este punto. ¿Se nos vino de verdad la horrible noche?
¿Será que el viejo está en una de sus chocheras? Quisiéramos saber qué hay de fondo porque de verdad no entendemos, nos falta información para opinar con certeza. Con lo que conocemos nos resulta enigmático este Uribe, anestesiado (defendiendo el nuevo establecimiento que otrora combatió con radicalidad) como si le hubieran dado una gran dosis de la mejor burundanga.
Hasta ahí tenemos un Uribe inesperado; de aquel que pensábamos que era más fácil bajar a Francia Márquez de su helicóptero que subir al expresidente al avión de compinche del nuevo establecimiento de izquierda con el cual se peleó con uñas y dientes.
Un amigo uribista, de esos pura sangre bañado en azul de metileno, me dice de esa inusitada conversión a la religión petrista: “Solo se cansó de defender a un pueblo que lo calumnió con los falsos positivos, que lo ultrajó hasta más no poder, que lo llamó asesino, paraco hp, narcotraficante, y que dado ese odio a Uribe votó por un mesías al que sí vieron con fajos de billetes, que también empuñó las armas públicamente. Por eso lo sensato, es no seguir en una pelea en la que lo dejaron solo”. Esa fue su respuesta.
Como colofón, lo que hoy se ve, es que Petro no tiene un opositor respetable que le haga frente, es por eso que se tiene que dar ‘garra’ en Twitter con Nayib Bukele, presidente pacificador de El Salvador. Es decir que Petro tuvo que importar contrincante porque el gallo criollo de pelea, guardó sus espolones y navajas, cerró su pico que sólo lo abre para defender al nuevo rey del gallinero.