El próximo 10 de enero, Nicolás Maduro tomará posesión de su tercer mandato como presidente de Venezuela, pero dos de los líderes latinoamericanos más destacados han decidido no asistir a la ceremonia. Claudia Sheinbaum, presidenta de México, anunció en su conferencia matutina que enviará a una representación oficial en lugar de asistir personalmente. La delegación estará encabezada por el embajador mexicano en Caracas, Leopoldo de Gyves. Sheinbaum destacó que México sigue una política exterior basada en la autodeterminación de los pueblos y que no interviene en los asuntos internos de otros países, lo que explica la decisión de enviar una representación sin reconocer formalmente los resultados de las elecciones venezolanas.
“En el primer caso va a ir una representación o el propio embajador que está en Venezuela (Leopoldo de Gyves), y en el segundo caso, entiendo que todavía no hay invitaciones, no solo a México, sino que todavía no hay invitaciones en general”, indicó Sheinbaum, presidenta de México
En el caso de Colombia, el presidente Gustavo Petro también optó por no asistir a la investidura de Maduro. Sin embargo, el gobierno colombiano estará presente a través de su embajador en Caracas, Milton Rengifo Hernández, quien participará en la ceremonia en lugar de Petro y el canciller Luis Gilberto Murillo. Según la vicecanciller Jorge Rojas, esta decisión responde a la política de buena vecindad que mantiene Colombia con Venezuela, pero sin reconocer oficialmente a Maduro como presidente debido a la controversia en torno a las elecciones y su reelección.
Un contexto diplomático tenso
Las decisiones de ambos presidentes se enmarcan en un ambiente diplomático tenso, donde algunos gobiernos, como el de la oposición venezolana liderada por María Corina Machado, han invitado a varios países a la toma de posesión de Edmundo González, quien se autoproclama presidente. No obstante, México y Colombia, aunque mantienen relaciones diplomáticas con Venezuela, no han reconocido a Maduro ni a González de manera oficial, debido a la falta de transparencia en los procesos electorales de ese país.
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Esta situación refleja las complejas relaciones entre los países de América Latina, ya que se dividen entre el apoyo al régimen de Maduro y el respaldo a la oposición, generando incertidumbre y desafíos diplomáticos.
