Una nueva tragedia enluta al municipio de Pradera, en el Valle del Cauca, luego de que este jueves 12 de junio se reportara el asesinato de tres personas en la vía que conecta los corregimientos de Potrerito y La Feria, en el sector conocido como El Pedregal. Las víctimas, cuyos cuerpos fueron encontrados cerca de un carro de placas IZP 662, corresponden a dos hombres y una mujer, y aún no han sido identificadas oficialmente.
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De acuerdo con reportes preliminares del Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), los cuerpos fueron hallados con impactos de bala y junto a ellos se encontraba un cartel en el que un grupo armado que opera en la zona se atribuía la masacre. El mensaje hacía referencia a presuntos vínculos de las víctimas con un frente disidente de las antiguas Farc. Este hecho se suma al complejo panorama de seguridad que vive el departamento, que tan solo dos días atrás fue escenario de otra masacre en Jamundí, también atribuida a estructuras ilegales.
MinDefensa reiteró el compromiso de la seguridad en la región
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez, quien recientemente visitó el Valle tras los atentados del 10 de junio que dejaron cinco muertos y decenas de heridos, reiteró el compromiso del Gobierno con el fortalecimiento de la seguridad en la región. Anunció medidas para mejorar la capacidad operativa de las fuerzas del orden y una ofensiva contra los grupos armados responsables de la violencia.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo alertó sobre el riesgo permanente que enfrentan los habitantes de esta zona, donde se disputan el control varios grupos armados ilegales, entre ellos los frentes Dagoberto Ramos y Adán Izquierdo. Entre tanto, las autoridades locales, encabezadas por la gobernadora Dilian Francisca Toro y los alcaldes de los municipios afectados, solicitaron mayor apoyo en inteligencia y tecnología para enfrentar la ola de criminalidad.
Este nuevo episodio violento eleva a 31 el número de masacres ocurridas en el país en lo que va de 2025, según cifras de Indepaz, y subraya la necesidad de respuestas efectivas que garanticen la seguridad de las comunidades en los territorios más golpeados por el conflicto.
