Una reciente medición de la encuesta Cali Va, contratada por CW+ Noticias, revela que la percepción ciudadana sobre el rumbo de Cali ha dado un giro preocupante: cada vez menos caleños creen que la ciudad está mejorando, mientras que crece la sensación de que las cosas van de mal en peor.
El estudio fue realizado entre el 7 y el 16 de mayo de 2025, y se basó en 600 encuestas presenciales, además de incluir grupos focales y análisis de sentimientos en redes sociales. El análisis fue desarrollado por un equipo interdisciplinario compuesto por estadísticos, psicólogos y antropólogos, con el objetivo de capturar una imagen más profunda y contextual del estado de ánimo de la ciudad.
Frente a la pregunta clave: “¿Cree que las cosas en Cali están mejorando o empeorando?”, la mayoría se inclinó por el pesimismo. En febrero, el 53,5 % de los encuestados opinaba que la situación estaba empeorando, y para mayo, este número aumentó a 56,8 %. Por el contrario, el porcentaje de quienes creen que la ciudad está mejorando cayó de manera notoria: pasó de 36,3 % a solo 30,2 %, lo que representa una pérdida de más de seis puntos en apenas tres meses.
Este cambio de ánimo no solo refleja un desencanto con la situación general, sino también con el manejo de la ciudad por parte de la administración del alcalde Alejandro Eder. Cuando se les preguntó si creen que el mandatario está priorizando adecuadamente los temas más importantes para la ciudad, en febrero, el 39,2 % dio una respuesta positiva. Pero en mayo, esa cifra se desplomó al 30 %, confirmando que la confianza en el liderazgo local se está erosionando.
Más contundente aún fue la respuesta de quienes opinan lo contrario: el porcentaje de encuestados que consideran que Eder no está priorizando bien los asuntos urgentes para Cali subió al 57,7 %, lo que refleja una desaprobación mayoritaria.
Caleños cada vez más escépticos frente a la situación de la ciudad
Este panorama, comparado con el de la medición anterior en febrero, confirma una tendencia creciente hacia el escepticismo y la frustración. Aunque no hay una crisis abierta, el descenso en los niveles de aprobación y la percepción de deterioro son señales de alerta para la administración distrital, que aún se encuentra en la fase inicial de su mandato.
En un contexto nacional donde la política genera más dudas que certezas, la percepción local no escapa al clima general de desconfianza. Los caleños, históricamente críticos y exigentes, parecen estar perdiendo la paciencia con la falta de resultados visibles y la poca eficacia en la solución de problemas estructurales como la seguridad, el empleo y la movilidad.
A pesar de los anuncios de nuevos proyectos y estrategias desde la Alcaldía, los datos revelan una ciudadanía que no se siente representada ni escuchada. La caída en la percepción positiva y el aumento del pesimismo plantean un desafío importante para Eder y su equipo: conectar con la calle, entender las prioridades reales y tomar decisiones que generen cambios perceptibles a corto y mediano plazo.
Lea la encuesta completa aquí: Encuesta Cali Va: crece el descontento ciudadano y baja la aprobación de Eder
Por ahora, la balanza emocional de los caleños se inclina hacia el desencanto, y revertir esta tendencia requerirá mucho más que discursos o promesas. La ciudad pide hechos, resultados y una hoja de ruta clara que permita volver a creer en que, efectivamente, las cosas pueden mejorar.