Según un informe reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Colombia se encuentra entre los países con el mayor consumo de bebidas azucaradas a nivel global. Este fenómeno ha generado preocupaciones sobre los riesgos para la salud pública, dado que el exceso de azúcar en la dieta está directamente relacionado con el aumento de enfermedades como la diabetes, la obesidad y enfermedades cardiovasculares.
En los últimos años, el consumo de refrescos, jugos artificiales y otras bebidas endulzadas ha crecido exponencialmente en el país, convirtiéndose en una de las principales fuentes de azúcar en la alimentación de los colombianos. Esta situación no solo afecta a los adultos, sino también a los más jóvenes.
Impacto en la salud pública
El consumo elevado de azúcar no es solo un tema de nutrición, sino también un desafío para los sistemas de salud pública. La OMS advierte que las bebidas azucaradas son una de las principales causantes de la obesidad infantil, que se ha convertido en un problema creciente en Colombia. Según un estudio reciente, el 33% de los niños colombianos presentan sobrepeso u obesidad, una cifra alarmante que podría verse exacerbada si no se toman medidas urgentes.
América Latina, y en particular Colombia, presentan cifras alarmantes, desde el 2020, se mostró la mayor cantidad de casos nuevos de diabetes tipo 2 por cada millón de personas, con 1.263 casos, lo que representa el 24,4% de los casos globales. Colombia, en particular, registró un 48,1% de los casos de diabetes tipo 2 atribuibles a las bebidas azucaradas, una cifra considerablemente alta.
Consumo en aumento, a pesar de las políticas públicas
El consumo de bebidas azucaradas sigue siendo un desafío, incluso en países que han implementado políticas para mejorar la nutrición. En Colombia, el estudio estimó que los adultos consumen hasta 17,4 porciones de bebidas azucaradas por semana, una cifra que coloca al país entre los más altos en consumo global. A pesar de los esfuerzos por reducir este consumo, como en México y Chile, las cifras siguen siendo altas y los impactos en la salud son cada vez más evidentes.
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Este estudio resalta la urgencia de tomar medidas más efectivas a nivel global y regional para mitigar los efectos de las bebidas azucaradas en la salud pública, especialmente en áreas como América Latina, donde el consumo es alarmantemente elevado.