Marta Helena Villalobos, de 60 años, es una de las miles de víctimas de una crisis de salud que golpea duramente a Colombia. Tras recibir un trasplante de riñón en 2016, Villalobos ha dependido durante años de medicamentos vitales suministrados por su EPS. Sin embargo, desde mediados de 2024, los fármacos que le permiten mantener su riñón en óptimas condiciones comenzaron a escasear.
Emiliano Montaño, esposo de Marta Helena, ha sido el encargado de reclamar los medicamentos en múltiples dispensarios, pero se ha encontrado con las puertas cerradas y las promesas de entrega incumplidas. La familia intentó costear los medicamentos por cuenta propia, pero la situación se ha vuelto insostenible. “Me siento como si me estuviera muriendo lentamente”, declaró Marta Helena a Diego Guauque, periodista de Séptimo Día.
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La situación es común para muchos pacientes en el país, quienes enfrentan una profunda angustia por la falta de acceso a medicamentos. Grupos de WhatsApp entre pacientes se han convertido en una alternativa desesperada para intercambiar fármacos. No obstante, esta práctica refleja la magnitud de la crisis, que se ha intensificado por el colapso del sistema de salud.
Crisis de salud la peor en tres décadas
Expertos como el exministro de Educación, Alejandro Gaviria, califican la situación como la peor crisis de salud en tres décadas, mencionando causas como el envejecimiento de la población, el alto costo de los medicamentos y la falta de inversión en el sector. De acuerdo con Gaviria, el gobierno de Gustavo Petro ha recortado drásticamente el presupuesto destinado a la salud, lo que agrava aún más la crisis.
Por su parte, Denis Honorio Silva, vocero de Pacientes Colombia, señaló que en 2024 el Estado asignó cerca de 4,7 billones de pesos para el sector salud, mientras que para 2025 la cifra se reducirá en un 83%, lo que deja a millones de pacientes en una situación de vulnerabilidad.
La crisis no solo se refleja en cifras, sino en las vidas de millones de personas que enfrentan diariamente la angustia de no tener acceso a tratamientos esenciales. La falta de soluciones concretas y sostenibles pone en riesgo la salud y la vida de muchos colombianos, quienes siguen clamando por una respuesta urgente y efectiva del sistema de salud del país.