La historia entre Colombia y el Vaticano se ha construido a través de gestos simbólicos, mensajes de fe y visitas que han marcado hitos en la vida espiritual y política del país. A lo largo de las últimas décadas, solo tres papas han visitado territorio colombiano, dejando cada uno su propia huella. Según el contexto nacional y el rumbo que tomaba la Iglesia católica en cada época. Desde las misas multitudinarias hasta los llamados a la paz y la reconciliación, cada encuentro ha ofrecido momentos memorables.
Estas visitas, más allá del componente religioso, han reflejado los desafíos sociales de Colombia y el papel que ha querido asumir la Iglesia. Desde 1968 hasta 2017, los tres líderes de la Iglesia que han llegado al país lo hicieron en momentos clave: uno en medio del fervor del Concilio Vaticano II, otro tras una de las peores tragedias naturales del país, y el último como respaldo a un proceso de paz histórico.
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Pablo VI, el primer papa que miró hacia América Latina
El papa Pablo VI fue el primer pontífice que visitó Colombia, y con ello también se convirtió en el primer jefe de la Iglesia católica en llegar a América Latina. Su visita tuvo lugar entre el 22 y el 25 de agosto de 1968, en el marco del XXXIX Congreso Eucarístico Internacional y de la Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (CELAM), ambos eventos celebrados en Bogotá. Este viaje representó un paso crucial para el fortalecimiento del vínculo entre el Vaticano y los pueblos latinoamericanos, que entonces comenzaban a tener un mayor protagonismo dentro de la Iglesia.
Pablo VI presidió diversas celebraciones eucarísticas y ofreció mensajes dirigidos a distintos sectores de la sociedad colombiana, incluyendo campesinos, religiosas, familias y comunidades vulnerables. El papa italiano no solo consolidó una relación más cercana entre el Vaticano y Colombia, sino que también sentó las bases para futuras visitas papales. Su presencia confirmó la intención de acercar la Iglesia a los pueblos más alejados del poder central europeo.
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Juan Pablo II, una visita marcada por el dolor y la esperanza
En julio de 1986, Colombia recibió al segundo papa en su historia: san Juan Pablo II. El pontífice polaco recorrió diez ciudades entre el 1 y el 7 de ese mes, en una gira pastoral que buscó acercarse a las distintas regiones del país. Su visita estuvo profundamente marcada por la tragedia de Armero, ocurrida en diciembre de 1985, donde más de 20.000 personas murieron tras la erupción del Nevado del Ruiz. El papa ofreció oraciones por las víctimas y se solidarizó con los sobrevivientes, dejando un mensaje de consuelo que aún permanece en la memoria colectiva.
Más allá del dolor, Juan Pablo II también llevó un mensaje claro de paz en medio de un contexto de violencia armada y conflicto interno. Su llamado a la reconciliación y al diálogo fue uno de los ejes centrales de su visita, en la que también promovió el respeto a la vida, la dignidad humana y la unidad entre los colombianos. Fue una visita extensa, simbólica y profundamente emotiva, que consolidó su figura como uno de los papas más queridos por el pueblo.
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Francisco, el primer papa latinoamericano que apoyó la paz de Colombia
Casi tres décadas después, Colombia volvió a abrir sus puertas a un papa. Esta vez fue Francisco, el primer pontífice latinoamericano y el tercero en visitar el país. Entre el 6 y el 10 de septiembre de 2017, el papa argentino recorrió Bogotá, Medellín, Cartagena y Villavicencio, con un objetivo claro: respaldar el proceso de paz que se desarrollaba en el gobierno de Juan Manuel Santos tras la firma del acuerdo con las FARC. Su visita fue vista como un acto de respaldo espiritual e internacional a uno de los momentos más significativos en la historia reciente de Colombia.
Durante su paso por el país, el papa Francisco se reunió con víctimas del conflicto, líderes sociales, comunidades indígenas y familias que habían sufrido los estragos de la guerra. Su mensaje de reconciliación, perdón y justicia restaurativa fue clave para alentar a la sociedad a dar pasos firmes hacia una convivencia pacífica. Además, resaltó la necesidad de incluir a todos los sectores de la población en la construcción de una paz duradera, especialmente a los más vulnerables. Francisco dejó un legado de esperanza en un país que intentaba sanar sus heridas.
Con la reciente elección del papa León XIV, el cardenal Robert Francis Prevost, Colombia podría volver a ser parte de la agenda internacional del Vaticano. Aunque aún no se ha anunciado una posible visita, el contexto actual y los lazos históricos entre ambos podrían abrir un nuevo encuentro. La experiencia demuestra que cada visita papal no solo representa un hecho religioso, sino también un momento de transformación para la sociedad colombiana.