América de Cali vive un gran momento futbolístico, pero fuera de la cancha las decisiones administrativas amenazan con opacar su presente. La ratificación del cierre de la tribuna sur del estadio Pascual Guerrero por parte de la Alcaldía ha generado un nuevo choque entre el club y las autoridades locales. El castigo, originado tras los desmanes en la final de la Copa Colombia 2024, se extenderá hasta junio de 2025, lo que representa no solo un impacto en la asistencia al estadio, sino un golpe directo a las finanzas del equipo.
Tulio Gómez, máximo accionista de la institución, ha sido enfático en su preocupación. Para él, la falta de ingresos por taquilla compromete la sostenibilidad del proyecto deportivo, justo cuando América disputa la fase de grupos de la Copa Sudamericana y lidera la Liga BetPlay. “Este castigo afecta gravemente nuestras finanzas. Es difícil sostener una nómina competitiva sin esos recursos”, advirtió.
El estadio de Palmira podría ser la opción del América
A pesar de los intentos del club por establecer medidas de control; como reconocimiento biométrico, exclusión de personas con antecedentes y priorización del ingreso a familias, la Comisión Local de Fútbol de Cali ratificó la sanción. Esta decisión ha llevado a América a considerar una medida drástica; dejar el Pascual Guerrero y buscar una nueva sede. Palmira se asoma como una opción, aunque su estadio solo tiene capacidad para 15.000 personas.
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“Esperamos que no sea necesario, pero si no hay apoyo, tendremos que jugar en otra parte”, dijo Gómez, recordando que la violencia no puede volver a empañar el fútbol. También insistió en que se trabaja con las barras para frenar cualquier brote de vandalismo. “Si vuelve a pasar, la tribuna sur será solo para familias. No hay vuelta atrás”.
Por ahora, América seguirá en el Pascual, pero con restricciones que comprometen su economía y la experiencia de sus hinchas. El club, que sueña en grande a nivel deportivo, se enfrenta a una encrucijada fuera del campo que podría cambiar su historia reciente.
